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México cree que el conflicto de Nicaragua "ha entrado en un proceso de nacionalización"

"El problema de Nicaragua ha entrado en un proceso de nacionalización en el que el conflicto puede ser resuelto por los propios nicaragüenses", declaró a este periódico el vicecanciller de México, Víctor Flores Olea, que ha mantenido en Madrid una serie de conversaciones en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Con anterioridad había visitado Moscú, donde sus interlocutores soviéticos le manifestaron la disposición de la URSS a cortar su ayuda militar a Nicaragua, siempre que "la otra parte", Estados Unidos, adopte una "medida simétrica".

Antiguo embajador de México en la URSS y la Unesco, Flores Olea, de 56 años de edad, ha visitado Moscú y Berlín Oriental antes de su escala madrileña. Tres puntos de interés han centrado la gira, según el vicecanciller: la situación centroamericana y los problemas económico-políticos latinoamericanos; los acuerdos sobre desarme nuclear entre EE UU y la URSS, y la situación de las organizaciones internacionales, como la ONU.En Moscú, los soviéticos le manifestaron, al abordar el conflicto centroamericano, su disposición a cesar su ayuda militar a Managua siempre y cuando, señala el vicecanciller mexicano, "esa medida tenga carácter simultáneo y simétrico, como establece el acta de Contadora sobre desarme equilibrado en Centroamérica, y la retirada de asesores militares".

En líneas generales, Flores Olea se muestra optimista sobre el proceso de paz en Centroamérica, aunque reconoce que la situación en El Salvador quizá se haya vuelto más crítica tras el triunfo de la extrema derecha en las elecciones recientemente celebradas en ese país. Sin embargo, considera que el hecho de que el conflicto nicaragüense haya encontrado una vía de solución política tendrá una "positiva influencia a medio y corto plazo" en el problema centroamericano.

Mayor flexibilidad

En su opinión, la mayor flexibilidad del Gobierno nicaragüense ha permitido avanzar en el proceso de pacificación, y plantea este interrogante: "Después de siete u ocho años de dificultades, hoy Nicaragua parece más estable, más articulada, con mayor viabilidad política que varios de los otros países centroamericanos. Esto no lo digo como una afirmación sino como una pregunta. Por lo menos en ese país se empieza a ver una vía de solución, una luz, mientras en El Salvador y Honduras la cosa se ve más complicada".Al examinar la actitud de Estados Unidos en la zona, el vicecanciller mexicano explica la ambigüedad mantenida por la Administración de Ronald Reagan hacia las gestiones mediadoras y acuerdos de pacificación regionales en la coexistencia de dos sectores de opinión e intereses: "Hay un grupo que sigue abogando por la utilización de soluciones militares en América Latina, mientras el otro opina que ese tiempo ha pasado ya y que hay que buscar soluciones políticas más equilibradas y respetuosas con las soberanías nacionales. Durante mucho tiempo se ha impuesto la dureza y la simplificación. Afortunadamente, se está imponiendo el segundo sector con la cooperación de la comunidad internacional, que presiona por una solución pacífica".

Con relación a Panamá, declara que "ciertos círculos en EE UU tratan de imponer decisiones por la vía del garrote". "Una intervención", afirma, "puede afectar a la propia viabilidad del país. No está en cuestión la moralidad de ciertas personas sino instituciones que juegan un papel de aglutinador nacional, como es el caso de la Guardia Nacional panameña.

Flores Olea subraya que el problema que más preocupa a los latinoamericanos, "y a los mexicanos", es el de los intervencionismos militares. Mantiene que los hacen endémicos y provocan un debilitamiento de las estructuras políticas, militares e institucionales que afecta durante decenios la vida de un país".

Con relación a la posible manipulación política del tema del narcotráfico -como pueda ocurrir en el caso panameño o en los sucesos de Honduras-, señala: "Ha habido, desafortunadísimamente, un manejo con implicaciones políticas del tema del narcotráfico, y nos parece muy desafortunado porque, en efecto, se abren pretextos para intervenciones, presencias militares, exigencias de control de todo tipo". Considera que, frente al tráfico de estupefacientes, hay que tener " una actitud enérgica y articulada, pero no sólo en los lugares de origen, de producción de la droga, sino también donde se consume". "En México", añade el diplomático, "tenemos problemas de exportación a Estados Unidos porque son capaces de detectar un aguacate podrido en medio de todo un vagón que enviamos, cuando por el contrario, no pueden localizar jumbos llenos de droga". "El narcotráfico es un fenómemo donde hay muchos millones en juego y la corrupción alcanza a todos, no sólo a nosotros", concluye.

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