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Evolución favorable de la mujer a la que se implantó un corazón artificial

Josefa Castro Fernández, madrileña de 31 años y soltera, a la que se le implantó el pasado viernes por la noche un corazón artificial del tipo Jarvik 7 en la clínica de Hierro de Madrid, evoluciona aceptablemente, según informó en la tarde, de ayer Fernando Gil Sanz, médico de guardia encargado de la unidad de recuperación de esta clínica. La paciente, que mantiene con normalidad sus constantes vitales, es asistida por ventilación mecánica, está semiconsciente y responde a las órdenes de sus cuidadores. "Incluso ha orinado un poco y ha dejado de sangrar", según Gil Sanz.

La operación, realizada por el equipo multidisciplinar que dirige el doctor Diego Figuera Aymerich, duró, en el aspecto quirúrgico, desde las siete de la tarde del viernes hasta las dos de la madrugada de ayer, aunque el equipo médico permaneció en la sala de operaciones hasta, las cinco de la madrugada para chequear el sistema implantado y a la espera de posibles complicaciones.Fernando Gil Sanz ha señalado que este tipo de operaciones suele realizarse en espera de la donación de un corazón humano, pero que en el caso de Josefa Castro no piensan hacer un trasplante de forma inmediata. "Cuando llegó áquí, la paciente se encontraba en muy malas condiciones, con serias complicaciones renales y pulmonares", comentó Gil Sanz. "Nosotros haremos un trasplante si la enferma evoluciona bien; por eso es dificil señalar durante cuántos días se la va a mantener con el corazón artificial. Estamos satisfechos de cómo evolucionan las cosas, pero vamos a apurar al máximo para, de hacer el trasplante de órgano, que éste se haga en las mejores condiciones".

El equipo de cirujanos, sin embargo, ha pedido un corazón humano, y ayer se barajaba la posibilidad de un donante de Cuenca, aunque confían esperar entre seis u ocho días con el corazón artificial hasta que la enferma se reponga de esta primera intervención. El jefe del equipo que ha realizado la operación, el doctor Diego Figuera, ha dicho que la situación de la paciente era casi terminal cuando ingresó en la clínica, por lo que en un principio pensaron que no iban a tener tiempo de realizar el implante. A Josefa Castro no se le pudo informar de los pormenores y riesgos de la operación, aunque sí se había hecho con anterioridad.

"No obstante, la familia firmó el consentimiento porque ya la veía muerta. Hay que tener en cuenta que se han implantado unos 100 corazones de este tipo en el mundo y ha sobrevivido un 40% de los pacientes, que pueden considerarse resucitados", manifestó Figuera.

Operación complicada

La clínica Puerta de Hierro cuenta con dos equipos completos del sistema Jarvik 7 dispuestos para efectuar otras operaciones de esta índole, aunque Figuera espera que no haya tal necesidad, 'porque es un trabajo muy complicado y casi horroroso en el que ha sido necesaria la participación de todo el centro hospitalario" Este grupo llevaba cuatro años trabajando con el sistema Jarvik 7 y había realizado intervenciones experimentales en perros y terneras.El implante del Jarvik 7 se hace una vez que se le ha extraido por completo al paciente su corazón. Se colocan dos prótesis (dos ventrículos) conectadas a las aurículas, a la aorta y a la pulmonar. Mediante unas membranas externas se introduce aire para inducir una especie de contracción. Todo este sistema es regulado mediante una unidad de conducción y un computador que, a su vez, regula la cantidad de sangre que va al corazón.

Josefa Castro presentaba una miocardiopatía dilatada, enfermedad de origen desconocido, posiblemente vírica, consistente en que el corazón pierde la capacidad de contraerse y no bombea sangre, se congestionan los pulmones y los riñones no producen orina. Josefa Castro estaba en tratamiento en el centro sanitario madrileño La Paz desde 1986. Hace un par de semanas ingresó de urgencia en este centro. Su situación era muy crítica, por lo que se decidió trasladarla a la clínica Puerta de Hierro para implantarle el Jarvik 7.

Esta es la segunda vez que se implanta un corazón artificial en España. Fernando Bonifacio recibió también un Jarvik 7 en el hospital San Pablo, en Barcelona, el pasado 19 de febrero. El paciente falleció poco después, tras serle trasplantado un corazón humano.

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