En 25 años, como Holanda

El presidente del Gobierno ha dicho que dentro de 25 años podríamos alcanzar en el plano económico a los Países Bajos. Para lograr tan loable objetivo, ¿a cuánto más tendría que crecer en el próximo cuarto de siglo la renta per cápita de los españoles respecto de la de los holandeses?El artilugio aritmético que nos da la respuesta es bastante sencillo, si se tiene en cuenta que el producto interior bruto (PIB) por habitante -que es, más o menos, lo mismo que la renta per cápita- de Holanda será dentro de 25 años el actual multiplicado por (1 + r(H) / 100) 25, siendo r(H) la tasa media porcentual a que crecerá el PIB neerlandés durante ese período. (Al hablar de PIB se sobreentiende, en lo sucesivo, que es siempre por habitante.) Ello se desprende, sin más, de la fórmula del interés compuesto, que es la que procede emplear cuando se trata de crecimientos cumulativos a un tipo medio constante.

El PIB español será, de igual modo, el actual multiplicado por (1 + r(E) / 100) 25.

Para hallar la relación entre ambas tasas de crecimiento -r(E) y r(H)- en la hipótesis de que ambos PIB se equiparen dentro de 25 años, bastará igualar los dos términos siguientes: PIB (E) (1 + r(E)/ 100) 25 = PIB (H) (1 + r(H)/ 100) 25.

Ahora bien, la diferencia entre los actuales PIB de los dos países es de uno a dos, puesto que Holanda tiene unos 12.000 dólares de renta per cápita, y España, unos 6.000. (En 1986 las cifras fueron de 12.040 y 5.920,según la OCDE.)

Habida cuenta de esos datos, la igualdad anterior se convierte en la siguiente: 1 + r(E)/ 100 = 1,028 (1 + r(H)/100), ya que 1,028 es la raíz de orden 25 de 2, es decir, del cociente entre ambos PIB.

De aquí se obtiene con toda facilidad: r(E) - 2,8 + 1,028 r(H), que nos indica que España, para alcanzar a los Países Bajos en 25 años, tendrá que incrementar su renta per cápita a razón de casi un 3% anual por encima de lo que crezca aquel país. Por ejemplo: si Holanda -supuesto inverosímil, claro es- no creciera nada durante el próximo cuarto de siglo, España, para conseguir atraparla, debería avanzar al 2,8% anual. Si hacemos hipótesis más realistas sobre el progreso económico de los holandeses y suponemos que aumentan su renta per cápita en un 1% anual en los 25 años venideros, España tendrá que hacerlo al 3,83%. Si Holanda lo hace al 2%, entonces nosotros tendríamos que progresar al 4,86%, año tras año y durante todo un cuarto de siglo. Y si los Países Bajos logran un crecimiento anual medio del 3%, España habría de conseguir nada menos que un promedio del 5,9%.

Es fácil advertir con esos datos la dificultad enorme, casi insuperable, de que España logre para un período largo tasas tan altas y sostenidas. Es cierto que en historia económica, sobre todo en la del capitalismo, hay épocas de mucho auge, junto a otras de crecimiento bajo, como también lo es que los países de desarrollo mediano, verbigracia España, tienen más posibilidades para crecer que otros países más ricos. Además, a la larga, los países miembros de la CE tendrán, lógicamente, que acortar distancias entre sí. Ahora bien, ¿todo eso se logrará en 25 años? Ójala, pero las cifras permiten ser un tanto escépticos.

Aunque haya ejemplos de crecimientos superiores al 6% anual durante 25 años seguidos, se trata de casos tan excepcionales como los de los llamados nuevos países industriales de Asia. En Occidente -que es mucho más rico por haberse desarrollado bastante antes que el resto del mundo (y a expensas de él, dicen los malpensados)- no se ha visto hasta ahora nada parecido. Pero como España es diferente...

Resta un consuelo. Según los datos del Banco Mundial ya citados, la renta per cápita española creció en el período comprendido entre 1965 a 1985 al 2,6% anual, mientras que Holanda lo hizo al 2%. De mantenerse tal diferencia, dentro de 118 años, mes más mes menos, nos pondríamos ambos países al mismo nivel.

Pero si no queremos esperar tanto, las disparidades entre lo acontecido en el pasado y lo que deberíamos lograr en el futuro son grandes. Con todo, está bien que nuestros políticos se fijen metas ambiciosas, aunque también convendría que fuesen realistas y tuvieran en cuenta los números al hablar de porvenires halagüeños para horizontes concretos. El presidente González ya nos ha ofrecido un objetivo económico bien difícil: en 25 años, como Holanda. ¿Quién ofrece más?