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El Ministerio de Economía eleva hasta el 4% las previsiones de crecimiento para 1988

El Ministerio de Economía y Hacienda ha elevado de forma conservadora su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para 1988 del 3,8% anunciado en el pasado mes de septiembre al 4%. La decisión de modificar al alza la tasa de incremento del PIB se debe tanto a que la cifra final de 1987 fue bastante más elevada que la prevista (5,2%) como el hecho de que en los meses que van transcurridos de este año la demanda interna sigue muy fuerte y el comercio exterior mantiene sus expectativas de crecimiento.

El director general de Previsión y Coyuntura del Ministerio de Economía explicó ayer la evolución de la economía en el pasado ejercicio y revisó al alza las previsiones globales para el actual, como se esperaba desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo público su avance sobre el comportamiento de la economía española en 1987. De hecho, el crecimiento del 5,2% alcanzado el año pasado obligaba en la práctica a modificar ligeramente al alza las previsiones para el ejercicio actual solamente por el hecho de que un año muy fuerte implica, salvo crisis no previstas, un crecimiento también elevado en el ejercicio siguiente.Por ello la modificación de las previsiones económicas para 1988 tiene un componente técnico importante y apenas si refleja, según algunos expertos, el hecho bastante probable de que al final la economía acabe con una tasa de crecimiento superior al 4% como consecuencia de que apenas si se nota la necesaria desaceleración en comparación con 1987, para pasar del 5,2% de ese año al 4% que se persigue en 1988. Los pocos indicadores de que se dispone todavía -evolución del comercio exterior hasta febrero, ventas y matriculaciones de vehículos, consumo de electricidad, ventas en grandes almacenes...- muestran el mantenimiento de una pujanza muy fuerte de la economía.

Los responsables del Ministerio de Economía estiman que la demanda interna crecerá este año el 5,7%, bastante por debajo de lo que lo hizo el pasado año, mientras que el sector exterior tendrá un comportamiento más equilibrado y, por tanto, restará menos al crecimiento que hace un año. Para el director general de Previsión ello significa un crecimiento más equilibrado.

Problemas internacionales

Sin embargo, la revisión al alza del aumento del PIB se ha hecho manteniendo las previsiones de crecimiento de las exportaciones en tomo a un 5% -por debajo de lo que lo vienen haciendo en los últimos meses-, mientras que se considera que la reducción en el ritmo de aumento de las importaciones será algo menor de lo previsto inicialmente, ya que aumentarán el 12,5%, frente al 10% estimado en septiembre.El crecimiento del 4% del PIB tendrá efectos beneficiosos sobre el empleo, aunque en menor proporción que en 1987, con un aumento del 2,5%, mientras que la tasa de paro descenderá ligeramente -hasta situarse levemente por debajo del 20%- como consecuencia de que el aumento de la población activa seguirá siendo muy fuerte, y por tanto el aumento de los empleos apenas si servirá para rebajar la elevada tasa de paro que padece la economía española.

La atonía en el crecimiento económico de los países industrializados, especialmente en el área europea, constituye el peor factor en cuanto a contribuir al desarrollo económico español. El hecho de que sólo cuatro de las economías de los países de la Comunidad Europea (España, Reino Unido, Portugal y en menor medida Italia) estén obteniendo tasas de crecimiento de relativo paso y que el resto de las naciones se muevan en porcentajes cercanos al 2% supone un freno a medio plazo para el sostenimiento de la actividad en España.

Los datos de comercio exterior de los dos primeros meses de este año, aun no siendo significativos por las modificaciones introducidas en su contabilidad, muestran un fuerte crecimiento tanto de las importaciones como de las exportaciones españolas, pero con una mayor vitalidad para las ventas españolas, consecuencia en buena parte del esfuerzo de reducción de la inflación llevado a cabo el año pasado.

Menos inflación

Lo importante no es sólo que en 1987 se cerrara el año con un 4,6% de inflación, sino que el diferencial de precios con el resto de los países industriafizados se redujo hasta un solo punto, lo que ha hecho aumentar la competitividad relativa de los productos españoles aun a pesar de la apreciación de la peseta respecto al conjunto de monedas. Esta mejora relativa se empezó a dejar sentir en los últimos meses de 1987.

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