El Reina Sofía será nuevamente restaurado para albergar la colección de arte del siglo XX

El Centro de Arte Reina Sofía, inaugurado en mayo de 1986, va a ser objeto de una serie de reformas en el interior y el exterior del edificio que supondrán un coste de 1-573 millones de pesetas. La aprobación de estas obras, que pueden suscitar una gran polémica, será debatida hoy por el pleno del Ayuntamiento por modificar el Plan General de Madrid. El plan incluye la construcción de un gran pórtico en el acceso principal, el acristalamiento del patio central, la ocupación de una zona libre en la glorieta de Carlos V para cafetería y restaurante y la creación de una torre anexa cuya altura sobrepasará el edificio.

Todas estas obras apuntan ya a un plan de utilización concreta del centro. Según informaron ayer en el Reina Sofía, las obras interiores suponen la creación de un espacio concreto -la planta segunda- para exhibir la colección permanente de arte del siglo XX del Reina Soria. Esta colección, que arrancará con el mural Guernica, de Picasso, que actualmente se exhibe en el Casón del Buen Retiro, estará engrosada con una selección de piezas elegidas de entre las 14.000 piezas que posee el Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), junto a las nuevas adquisiciones realizadas por el Ministerio de Cultura para esta colección de arte moderno.El proyecto de las obras ha sido realizado por los arquitectos Antonio Vázquez de Castro y Fernando Iñiguez de Onzoño. La estructura del edificio supondrá que, además de la habilitación de la segunda planta para la colección permanente, las plantas baja y primera sigan sus habituales actividades de exposiciones temporales, además de albergar los servicios generales, los talleres de restauración, los almacenes y un salón de actos. La tercera será ocupada por la biblioteca con hemeroteca y muestras de obra gráfica y fotografía. La cuarta será también destinada a exposiciones temporales y la quinta se habilitará para oficinas y servicios internos.

El edificio de Sabatini, que se levanta esquina a la calle de Santa Isabel y la glorieta de Atocha, necesita, según el informe enviado por el Ministerio de Cultura al Ayuntamiento, mejor comunicación entre plantas -algunos días se llega a los 20.000 visitantes-, para lo cual se propone instalar escaleras mecánicas y ascensores, de forma que los existentes queden para casos de emergencia.

Según la memoria del proyecto, no sería adecuado utilizar los huecos actuales ni aprovechar el patio para instalar los nuevos ascensores al considerarlo el elemento arquitectónico más valioso del edificio. La solución elegida ha sido meter las escaleras y los ascensores en un cuerpo anexo a la actual fachada de la calle de Santa Isabel, cuerpo que además se cubriría con un gran pórtico de entrada de características parecidas al que, según parece, existió en 1848.

El pórtico

La creación de este pórtico, que ocupará 10 metros del ancho de la acera de Santa Isabel, obliga, por tanto, a cambiar las alinea ciones y a que el Ayuntamiento tenga, en consecuencia, que mo dificar el Plan General. La crea ción del pórtico y la gran escali nata existente hacia la glorieta de Atocha invadirá, por tanto, la plaza que se abre delante. A carribio de esta ocupación, el Ministerio de Cultura cederá al Ayuntamiento una franja de tres metros de ancho en la calle del Hospital, lo que permitirá ani pliar esta vía y facilitar el paso de los, autocares de visitantes a un aparcamiento que se situará en la parte trasera del edificio, zona en la que se levantará también una torre de ascensores para la entrada y salida de obras de arte.

El plan contempla también la ocupación con una cafetería, un restaurante y una sala de actos de la parcela que a nivel de la planta baja existe en la glorieta de Atocha y la cobertura con cristales del patio central del edificio, aunque no se ha determinado aún si esta cobertura se realizará mediante bóvedas acristaladas o un entramado plano hecho de metales y cristales.

Todas estas transformaciones pueden suscitar una fuerte polémica en medios profesionales y políticos. Un apunte de lo que esta polémica puede ser está en las diferentes posturas manifes tadas ante la propuesta por los representantes municipales.

Enrique Villoria, representan te de AP, manifestó que su grupo apoyará la propuesta, pues mejorará el acceso -hoy limitado a una puerta de escasas dimensiones- y permitirá mejorar las condiciones de seguridad, evacuación y comunicación, Sin pronunciarse sobre su aspecto estético final, Enrique Villoria manifestó que cuando le ftie presentado el proyecto su grupo únicamente manifestó su deseo de que la torre se adecue a las condiciones arquitectónicas del resto del edificio.

Francisco Herrera, portavoz de Izquierda Unida, manifestó, sin embargo, su oposición al proyecto. "Es una modificación muy fuerte del edificio, tanto exterior como interiormente", aseguró Herrera, quien que en el pleno votará en contra, aunque se abstuvo en la comisión. También se abstuvo José Luis Garro, del CDS, quien explicó que su grupo había hecho algunas objeciones, principalmente a la altura de la futura torre.