España no encuentra destino para 1.000 toneladas de residuos tóxicos almacenados en Santander
Las autoridades españolas no saben qué hacer con los residuos tóxicos generados por industrias químicas y farmacéuticas almacenados en los depósitos de la empresa Terminales Químicos de Santander (Terquisa). Fuentes de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) estiman que en estos depósitos puede haber entre 800 y 1.200 toneladas de residuos. La empresa Ocean Combustion Service (OCS) tenía previsto embarcarlos a mediados de este mes en el buque Vulkanus II, para ser incinerados en el mar del Norte, pero las protestas de varios países nórdicos impiden el traslado.La Convención de Oslo, organismo internacional que con la Convención de Londres regula la incineración de residuos tóxicos en el mar, ha cancelado la autorización que poseía el Gobierno español para incinerar este tipo de residuos en el mar del Norte.
Según el último inventario de producción de residuos tóxicos y peligrosos en nuestro país, la Dirección General de Medio Ambiente (DGMA) daba hace unos días la cifra de 1.700.000 toneladas al año, de, las cuales unas 240.000 eran susceptibles de ser incineradas. Los residuos almacenados en el puerto de Santander -1.500 toneladas, según fuentes de la empresa OCS- hacen referencia a desechos tóxicos generados en los últimos tres meses-, del resto de los residuos poco o nada se sabe sobre su paradero.
España, por ahora, no dispone de instalaciones adecuadas en tierra para incinerar tales residuos. Para resolver esta carencia, las autoridades españolas pidieron permiso el año pasado a la Convención de Oslo para incinerar residuos organohalogenados a unas 130 millas (más de 200 kilómetros) al norte del cabo de Peñas, en Asturias. El permiso fue concedido; pero, finalmente, el Ministerio de Transportes cedió, según distintas fuentes, ante las presiones de partidos políticos y grupos ecologistas y suspendió esta operación. Simultáneamente le fue cancelado el permiso de incineración a la empresa OCS, que se venía ocupando de este negocio con anterioridad.
Protestas de Dinamarca
Ahora las autoridades se encuentran con un cupo importante de residuos almacenados en Santander y sin el permiso correspondiente para incinerarlos en el mar del Norte. La semana pasada, el Ministerio de Medio Ambiente de Dinamarca envió una nota de protesta a la DGMM en la que se pedía el fin de la incineración de residuos tóxicos en el mar y la búsqueda de otras alternativas. Los daneses estiman que los residuos almacenados en Santander podrían no ser compuestos organohalogenados en su totalidad, y creen que no se ha analizado el nivel de metales pesados de los mismos, por lo que su incineración crearía problemas al medio ambiente marino.La Asociación Pesquera danesa y la Asociación Marítima Pesquera de Dinamarca se han dirigido al ministro de Transportes, Abel Caballero, para protestar por la quema de residuos españoles en sus aguas y para exhortar a las autoridades españolas a que dejen de exportar problemas de contaminación a sus lugares de trabajo.
Un funcionario de la DGMM que se ocupa de temas relacionados con la contaminación ha señalado que la única solución para este tipo de residuos es la incineración marina, ya sea en el mar del Norte o en el Cantábrico.
Para esta fuente, "el responsable de todo este lío que se ha organizado es Abel Caballero, por haber impedido la incineración en el Cantábrico de este tipo de residuos el año pasado". Pese a que la Convención de Oslo concedió a España el permiso correspondiente para quemar residuos frente al cabo de Peñas, el ministro de Transportes decidió finalmente que no se llevara a cabo esta acción. "El problema es el almacenamiento de estos residuos. Al final se hará lo de siempre, tirarlos por ahí. Luego, esas toneladas que no aparecen en los registros se encuentran en esos peces que se mueren y en todas esas cosas", enfatiza este funcionario de la DGMM.
Por su parte, Juan José Achutegui, subdirector de seguridad marítima de este mismo organismo, que dice no saber con certeza cuántas toneladas hay almacenadas en el puerto de Santander, expresa lacónicamente: "Somos conscientes de que hay un problema y no tiene una solución definida". Achutegui manifiesta que la Administración no tiene por qué preguntar a las empresas -refiriéndose a Terquisa y a OCS- lo que tienen almacenado en sus tanques, "porque la Administración no dirige la economía de estas empresas".
Mar Cantábrico
En opinión de Achutegui, la zona del Cantábrico no va a ser utilizada, en principio, para incinerar estos residuos, "aunque nunca se sabe".Este funcionario asegura que el Ministerio de Asuntos Exteriores está gestionando el permiso para que se puedan incinerar estos residuos en el mar del Norte, a la vez que recuerda la competencia de la DGMA en esta materia.
Teresa Molina, del Departamento de Cooperación Técnica Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, afirma que este organismo no se ocupa de este asunto y remite con insistencia a la DGMA. Fuentes de este organismo se limitan a decir que se han pedido los permisos de incineración oportunos a la Convención de Oslo; que no se ha decidido aún qué se va a hacer con los residuos, "aunque la mejor solución sería incinerarlos en el mar, debido a que no existen las instalaciones adecuadas en tierra para incinerar esos productos"; y que las competencias en ese caso serían de la DGMM.
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