Apoyo a la creación de un banco central europeo
Los banqueros y los empresarios europeos apoyan el desarrollo de la unidad europea de cuenta (ECU) e incluso el presidente de Fiat, Gianni Agnelli, subrayó ayer en Madrid que deseaba ver circular el ECU como la moneda de los ciudadanos europeos. Su anfitrión, el presidente del Banco de Bilbao, José Ángel Sánchez Asiaín, afirmó que, para que el ECU pueda convertirse en la auténtica moneda europea, habrá que ampliar el marco político que ahora limita su desarrollo. Ambos estuvieron de acuerdo, en la importancia de crear un banco central europeo.Asiaín se mostró ayer favorable a la incorporación de la peseta en el Sistema Monetario Europeo porque, al armonizar nuestra política económica con la de los restantes países miembros, "desaparecerán ciertas distorsiones, hoy muy llamativas, que recaen especialmente en el negocio bancario, sobre todo aquellas que afectan a los tipos de interés y a la financiación del déficit público". La incorporación de España al SME acelerará además, dijo Asiaín, la liberalización definitiva de todas nuestras transacciones exteriores.
Gianni Agnelli, que acudió a la clausura de la Asamblea General de la Asociación de Bancos del ECU, como vicepresidente de la Unión Monetaria Europea, afirmó que el ECU será una moneda completa en 1992, con la consecución del mercado único europeo.
En opinión de Agnelli, "la moneda única es necesaria para dar a Europa credibilidad y autoridad a la hora de construir un nuevo sistema monetario internacional". "El objetivo de un sistema de capitales libre e integrado sólo se logrará", afirmó, sobre la base de un sistema monetario común". "La industria tiene que incluir la incertidumbre en sus cálculos porque aún no se ha logrado una unión monetaria", declaró Agnelli.
Según el presidente de Fiat el gran mercado interior europeo debe facilitar que sus empresas puedan invertir en cualquier punto de Europa sin obstáculos para el movimiento de capitales. Además, afirmó, toda la Comunidad Europea debe disponer de condiciones de crédito equivalentes, gracias a un sistema de instituciones financieras integradas, homogéneas y competitivas.
Aseguró que "la meta final de nuestros esfuerzos debe ser la constitución de un banco central europeo, que funcione como institución de reserva, vigilancia y emisión".
La creación de ese banco central también es esencial para Asiaín. Afirmó que el sector privado ya "ha llegado a los techos que permiten los acuerdos políticos de creación de la Unión Monetaria". Según Asiaín, los bancos han llegado al límite de sus posibilidades a favor del desarrollo del ECU. Ahora, aseguró, es necesario tomar "decisiones políticas que amplíen los objetivos de la Unión Monetaria y el marco en el que se mueven las instituciones privadas".
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