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La peseta entrará a formar parte del ECU en 1989

La peseta entrará a formar parte del ECU (unidad de cuenta europea) en 1989, según afirmó ayer el secretario de Estado de Economía, Guillermo de la Dehesa, quien subrayó que el Gobierno considera necesario que España se integre en el Sistema Monetario Europeo (SME) con una banda de fluctuación del 2,25%. Para esa integración, De la Dehesa sólo ve dos problemas: la asimetría con la que este sistema trata al marco frente al resto de las monedas y la dificultad de mantener un tipo de cambio fijo después de liberalizar totalmente el movimiento de capitales.

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En septiembre de 1989, los países miembros del SME y el Reino Unido revisarán, como cada cinco años, la composición de la cesta de monedas que componen la unidad de cuenta europea. "Ese momento será la ocasión para que la peseta entre a formar parte del ECU", señaló ayer Guillermo de la Dehesa en la clausura de la Asamblea General de la Asociación de Bancos del ECU, celebrada en Madrid.El Gobierno quiere que nuestro país participe en la futura integración monetaria europea. Ya el presidente del Ejecutivo, Felipe González, anunció durante la última visita del presidente francés, François Mitterrand, la intención de España de integrarse en el mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo. Además, desde el año pasado, el Banco de España tiene depositadas un 20% de sus reservas en oro y divisas en el Fondo de Compensación Monetaria (FECOM); estos tres elementos: el ECU, el FECOM y el sistema de cambios fijos ajustables forman el SME.

"Con la integración de España en el Sistema Monetario Europeo conseguiremos", afirmó De la Dehesa, "una mayor estabilidad cambiaria que, al evitar fluctuaciones bruscas, permitirá una mejor formación de expectativas a empresarios y banqueros". No obstante, en los dos últimos años -desde que España se integró en la Comunidad Europea- el tipo de cambio de la peseta frente al ECU se ha mantenido en la banda de fluctuación aceptada por la mayoría de los países del SME. Esta banda permite una variación del tipo de cambio nacional frente al ECU de un 2,25% para las monedas de todos los países miembros excepto la lira, que tiene una banda del 6%.

La estabilidad cambiaria concede, según De la Dehesa, una mayor credibilidad a las políticas anti-inflacionistas de los Gobiernos. El problema es que, ahora, la política económica y monetaria de la República Federal de Alemania es el eje sobre el que giran el resto de las políticas monetarias de los doce. "Todos los movimientos de los tipos de cambio de sus monedas están predeterminadas por el de la moneda dominante: el marco".

Bajo crecimiento

"La RFA mantiene una política económica de bajo crecimiento económico y, a través de ese mecanismo de cambios, obliga al resto de los países a tener una tasa reducida de crecimiento", afirmó De la Dehesa. "Alemania no crece lo suficiente y el mecanismo de divergencias intramarginales no permite que el marco se revalue reflejando ese menor crecimiento", aseguró. El mecanismo de divergencias intramarginales establece la intervención obligatoria de un banco central cuando el tipo de cambio de su moneda agota el 75% de la banda de fluctuación frente al ECU.

Según De la Dehesa, "el crecimiento de la economía española se vería limitado si nuestro país entra en el SME antes de reducir las asimetrías y dar mayor justicia a las intervenciones, que ahora están excesivamente cargadas sobre las monedas débiles". También mantienen esta opinión los ministros de Economía y Hacienda francés y del Tesoro italiano.

El segundo problema para nuestra integración lo constituye la liberalización del movimiento de capitales. "Es semicontradictorio con un sistema de cambios fijos", aseguró De la Dehesa. En España, comentó, "nos hemos adelantado a la liberalización de los movimientos de capitales porque tenemos una situación muy cómoda en materia de divisas".

Por último, De la Dehesa afirmó que "sería prudente esperar a conocer cual es el tipo de cambio de equilibrio de la peseta". Para esto habrá que esperar a la completa liberalización de nuestras transaciones comerciales con la Comunidad Europea.

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