Comienza la última ronda negociadora sobre Afganistán

ENVIADA ESPECIALLas denominadas conversaciones de acercamiento entre Afganistán y Pakistán inician hoy la recta final hacia el acuerdo político que facilite la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán y evite una guerra civil en este país. El mediador de la ONU, Diego Córdobez, como viene siendo habitual desde que en 1982 se iniciaron estos contactos indirectos, se entrevistará sucesivamente con las delegaciones afgana y paquistaní, cada una en una sala diferente del Palacio de las Naciones de Ginebra.

"Somos plenamente optimistas", declaró ayer Abdul Wakil, ministro de Exteriores de Afganistán, que encabeza la delegación de su país. Wakil insistió en que el Gobierno de Mohamed Najibulá no pone "ninguna condición previa" para la formación de un Gobierno de reconciliación nacional en el que "cada una de las fuerzas políticas afganas, vivan donde vivan actualmente, puedan formar parte y desempeñar el papel que les corresponda".

Zain Noorani, ministro de Exteriores de Pakistán, se mostró optimista a su llegada al aeropuerto ginebrino. En los bastidores del escenario negociador se encuentran los diplomáticos soviéticos y norteamericanos. Estados Unidos apoya financiera y militarmente a la guerrilla afgana, y de alcanzarse un acuerdo satisfactorio ahora en Ginebra podría suspender sus suministros en el momento en que comenzase la retirada soviética.

El Gobierno de transición parece ser el único obstáculo de esta sesión, que puede alargarse hasta el 15 de marzo, pero que ha de ser la última. El líder soviético, Mijail Gorbachov, anunció el 8 de febrero que Moscú comenzará la retirada de sus tropas el 15 de mayo si Pakistán y Afganistán logran un acuerdo dos meses antes. Gorbachov indicó que la retirada total se realizará en 10 meses, pero que el grueso de los 115.000 hombres abandonará el vecino país esta primavera.

Los observadores occidentales coinciden en que la voluntad de Moscú de retirarse es firme; pero, a pesar de que Gorbachov ha señalado que la formación del Gobierno de Kabul es una cuestión interna, la URSS no está dispuesta a que tras sus huellas estalle una guerra civil.