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Entrevista:

"España pretende ser la conciencia latinoamericana de Europa"

Declaraciones de Fernández Ordófiez a EL PAÍSLas relaciones de España con Latinoamérica constituyen ahora el punto central de la actividad diplomática de nuestro país, que, como afirma Francisco Fernández Ordóñez en esta entrevista, pretende ser la "conciencia latinoamericana de Europa". Dos días antes de partir hacia Hamburgo, donde mañana se celebra la reunión conocida como San José IV, que supone el encuentro de los ministros de Asuntos Exteriores de Europa con los de 13 países latinoamericanos -entre ellos los cinco centroamericanos-,Fernández Ordóñez habló sobre este tema para EL PAÍS. Tradicionalmente cauteloso a la hora de conceder entrevistas, el ministro prefirió responder por escrito.

P. La próxima presidencia española de la CE, en enero de 1989 ¿supone, para decirlo de una manera global, la apertura de una nueva etapa en, la actividad diplomática española, que hasta ahora ha venido concentrando no pocos efectivos en las relaciones con Latinoamérica?

R. La presidencia española en la Comunidad no es una nueva etapa en la actividad diplomática española. Es sencillamente un período de seis meses de gran intensidad de trabajo, que nos proporcionará una indudable experiencia en la colaboración con nuestros socios europeos. Nos corresponderá, durante esos seis meses" la iniciativa en el proceso tanto de los diferentes temas sometidos a los consejos de ministros europeos como del desarrollo de la cooperación política. Después del consejo extraordinario de Bruselas, resuelto el capítulo mayor de la reforma, pienso que se acelerarán ambos procesos.

En estos momentos sabemos ya que ciertos asuntos de importancia, como la negociación de un nuevo acuerdo con los países de África, Asia y Caribe, corresponden a la presidencia española; muchos otros temas sectoriales económicos y agrícolas de importancia van a recaer también sobre nosotros.

Por lo que se refiere a nuestros efectivos en Latinoamérica, el número de funcionarios diplomáticos destinados en aquella región es de 58, en relación con un total de 612 diplomáticos. Por tanto, no puede hablarse de concentración en Latinoamérica.

Cambios de actitud

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P. ¿Pueden Regar ambos temas a ser complementarios? ¿Significará algo especial para Latinoamérica el hecho de que España asuma la presidencia de la CE?

R. Sin necesidad de asuniir la presidencia hemos logrado cambios importantes en la actitud európea respecto a Latinoamérica. Es indudable que durante la presidencia española se manifestará nuestra preocupación latinoamericana, pero hay que ser conscientes del carácter neutral de estas presidencias, del antagonismo que, en muchos casos, presenta la política agrícola comunitaria y de la dificultad de lograr la unanimidad de la Comunidad en cuestiones como, entre otras, el tratamiento Lomé, el sistema de preferencias generalizadas, el Banco Europeo de Inversiones o la deuda exterior. En algunos aspectos, como puede ser en el sistema de preferencias generalizadas, podemos decir que hemos logrado ciertos avances.

Por otra parte, España se ha propuesto terminar con la falta casi total de relaciones de cooperación entre la Comunidad y América Latina. Es una cuestión que requiere tiempo y perseverancia, pero que va dando sus frutos.

P. ¿Hasta qué punto el papel que, directa o indirectamente, juega España en el proceso pacificador de Centroamérica véase, por ejemplo, la visita de Daniel Ortega a Madrid- suscita reticencias en sectores políticos norteamericanos?

R. A España ha venido recientemente no sólo el presidente Daniel Ortega, sino los presidentes de El Salvador, Guatemala y Costa Rica, y llegará muy pronto el de Honduras. Desde luego, también han venido los ministros de Asuntos Exteriores de todos ellos. El presidente González y el vicepresidente Guerra conocen perfectamente desde hace mucho la realidad centroamericana. Yo he visitado Nicaragua, Costa Rica y Guatemala.

España está teniendo, indudablemente, un papel activo en la búsqueda de la paz en la región, en una línea muy parecida a la de los países de Contadora, die apoyo al plan de Esquipulas y, desde luego, coincidente con la Comunidad Europea. Sencillamente, para encontrar la paz nos ha parecido mejor el diálogo que la confrontación militar. En toda esta materia hay, por parte de ciertos sectores en España, una posición fanática que consi ste en repetir mecánicamente las posiciones norteamericanas sin comprenderlas, porque responden a un contexto geográfico y político diferente y a una táctica absolutamente distinta.

España no puede limitarse a copiar sin más la política de la Administración norteamericana sobre Latinoamérica. Quienes se asombran de que el presidente Ortega haya venido a Madrid se hubieran asombrado mucho más si no lo hubiera hecho en un viaje en el que, posteriormente, hablé con el Gobierno italiano, con el sueco, con el noruego y con el Papa Juan Pablo II. España no renunciará nunca a su responsabifidad, buscando a la vez la de mocracia y la paz. Por otro lado espero que el presidente González haga, como está previsto, un viaje a la región.

P. Mañana se celebra en Hamburgo la reunión de San José IV, que permite el encuentro de los ministros de Exteriores de la CE con los de los principales países latinoamericanos. ¿Será éste el camino por el que España puede llegar a actuar como portavoz o representante de Latinoamérica ante la CE?

R. Creemos que esta reunión de Hamburgo se produce en un momento, interesante y delicado y quisiéramos que la Comunidad avanzara no sólo en su interés político, sino en su ayuda económica. Sin embargo, la Comunidad está viviendo dificultades presupuestarias notorias y graves. El papel de España no es de portavoz ni de representante, sino de conciencia latinoamericana de Europa, de recordar esa nostalgia de América que siempre han sentido los europeos más nobles.

España nunca ha estado más cerca de Latinoamérica que ahora, cuando estamos en la Comunidad Europea. Y, sobre todo, Europa está más cerca de Latinoamérica desde que España es miembro de los diferentes foros europeos. Era inevitable, porque, como escribía alguna vez Margarita Yourcenar, el pasado es siempre mayoritario.

Diplomacia paralela

P. Cuando se habla de las relaciones con Latinoamérica, se piensa en la existencia de diplomacias paralelas o, al menos, en diversidad de intereses en el Gobierno español.

R. No conozco, ni en ésta ni en otras áreas, la existencia de diversos intereses dentro del Gobierno. Hay una política exterior, responsabilidad del Gobierno, dirigida por su presidente y ejecutada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. En lo que se refiere a Latinoamérica, el Ministerio actúa en el plano político a través de la Dirección General de Iberoamérica, y en el plano de la cooperación, a través de la Secretaría de Estado para la Cooperación y para Iberoamérica.

P. Algunos sectores afirman que su llegada al Ministerio supuso un importante giro en la trayectoria del palacio de Santa Cruz. Se habla, incluso, de la existencia de un cierto malestar entre los diplomáticos de carrera.

R. Cualquier política vale lo que valga la Administración encargada de aplicarla. Es obvio que el mundo ha cambiado mucho, sobre todo para España, y que había que afrontar una reforma interna. Cuando llegué al Ministerio comencé presentando al Consejo de Ministros un decreto con la creación de dos nuevas piezas básicas: la Secretaría de Estado para la Cooperación Intemacional y para Iberoamérica, y la Secretaría General de Política Exterior. Después procedimos a la elaboración de un Libro Blanco sobre el servicio exterior, que se presentó al Gobierno, y comenzó la aplicación de sus conclusiones.

Las reformas son de dos tipos: normativas y no normativas. Las reformas no normativas se han dirigido, sobre todo, a la mejora de la seguridad de las embajadas, de las comunicaciones y de la mecanización. Las normativas, a la regulación de la unidad de la acción exterior y al acceso a la carrera diplomática, no para hacerla más fácil, como se ha dicho por alguien, sino para que los diplomáticos de mañana sean no sólo más jóvenes, sino que estén más preparados. Se ha establecido un procedimiento de selección menos arcaico y más eficaz para escoger los mejores; se ha abierto la carrera diplomática a otros cuerpos de funcionarios, y se ha tratado de extender la base social de procedencia de los funcionarios. Al mismo tiempo, se ha elevado notablemente, a veces en porcentajes del 40% anual, la inversión del Ministerio.

"Castro liberó a mas de 100 personas a instancias de Felipe González"

P. ¿Cuál es el estado de las relaciones entre España y Cuba? ¿Qué posición adoptará España en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU cuando, ya en el mes de marzo, se vote la resolución norteamericana condenando al régimen de Castro?

R. Para dar una idea precisa de la situación, hay que decir que, a raíz de la visita del presidente del Gobierno a Cuba han sido liberadas ya más de 100 personas por las que nos habíamos interesado entonces y que se encontraban en prisión por diferentes motivos. Cuba dejó de ser española hace casi 90 años, cuando perdimos la guerra con Estados Unidos, y desde entonces ha sido siempre objeto de un cariño y atención especial por nuestro pueblo, con regímenes políticos muy distintos en los dos países.

Quisiéramos que Cuba tuviera un sistema político, económíco y social como el nuestro, y nos ha preocupado siempre profundamente la situación de los derechos humanos. Este tema ha sido una constante en todas las conversaciones bilaterales mantenidas en los últimos meses por las diversas autoridades españolas que han visitado La Habana.

Pero no se pueden prejuzgar condenas al margen de los procedimientos internacionales, ni se puede utilizar la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para la manipulación política. Tampoco quisimos votar contra Chile cuando ciertos países democráticos pretendieron negarle un crédito del Banco Mundial. Lo mismo hicieron los países latinoamericanos que viven lo que podríamos llamar una especial atención por parte de la ONU en esta materia, cuando la situación de los derechos humanos en el mundo entero es un verdadero escándalo. Todo el mundo ha podido ver en las últimas horas en televisión cómo se rompían con piedras los brazos de varias personas en Palestina y los ejemplos, en general, son muchos y escalofriantes.

Por lo que se refiere a la resolución norteamerícana,acaba de ser presentada y decidiremos en sus propios méritos, de acuerdo con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y las normas internas de la Comisión de Derechos Humanos, normas que somos los más interesados en defender.

P. ¿Existen aún presos espafloles en Cuba?

R. En estos momentos, no quedan presos españoles en Cuba; han sido liberados doce hispano-cubanos desde la visita del presidente González a la isla, a finales de 1986, y también han sido liberados 76 cubanos. Según los datos que poseemos, también se han concedido 17 permisos de salida a hispano-cubanos y a seis -cubanos. Nosotros pensamos que, en ocasiones, resulta mas útil este tipo de actividad, de pequeños pasos, que una política de gestos.

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