Mutua del Comercio
Durante más de 25 años he sido mutualista de la Agrupación Mutua del Comercio y la Industria y he satisfecho religiosamente las cuotas mensuales, con cuyo pago, según el reglamento de prestaciones vigente en el momento de concertar la póliza, se me aseguraba una pensión vitalicia para el caso de padecer una invalidez física permanente.En 1983 tuve la desgracia de quedar inválido. Rápidamente, la Seguridad Social, a la vista de mi estado físico, me declaró en situación de invalidez absoluta y me concedió la correspondiente pensión, de la cual vivo en la actualidad. El 29 de mayo de 1987 recibí de dicha mutua un escrito en el que se me declaraba en alta reglamentaria porque "el tiempo de su dolencia excede de los límites establecidos", con la consiguiente supresión de la pensión.
Protesté, y el 22 de junio del mismo año recibí otro escrito en el que me decían: "Aun aceptando no esté usted restablecido totalmente de su proceso clínico, ello no le impide estar en condiciones de poder desarrollar tareas profesionales parcialmente".-
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