Fernando Bonifacio recibe un corazón humano tras haber sobrevivido 72 horas con uno artificial
Fernando Bonifacio, el enfermo cardiaco de 38 años a quien le fue implantado por primera vez en España un corazón artificial en el hospital de Sant Pau de Barcelona, salvó la vida durante la madrugada de ayer por tercera vez en cinco días, cuando ya se encontraba en una situación desesperada, gracias a la donación de un corazón humano en Alicante. El donante era un hombre de 36 años que había sufrido un accidente de circulación y su corazón fue transportado a Barcelona en un avión Mystère. El estado de Bonifacio, que sobrevivió 72 horas con el corazón artificial, era ayer estable dentro de la extrema gravedad que supone haber sido sometido a tres operaciones en tan poco tiempo.
La intervención quirúrgica para efectuar al enfermo el segundo trasplante de corazón humano comenzó a las tres de la madrugada del domingo, cuatro días después de haber sido sometido al primero. La operación, dirigida por los doctores Alejandro Arís y Josep Maria Caralps, jefes de la unidad de Cirugía Cardiaca, se prolongó hasta las 5.30 horas y concluyó con éxito, a pesar del grave estado en que se encontraba el paciente antes de ser sometido a ella.Fernando Bonifacio permaneció hasta media mañana en la sección de quirófanos, en prevención de posibles complicaciones, mientras su esposa, una enfermera del hospital Clínico, permanecía a la espera de resultados acompañada del resto de la familia. El estado del enfermo era ayer estable, aunque dentro de la suma gravedad que comporta el hecho de haber sido sometido a tres intervenciones quirúrgicas tan graves en apenas cinco días. El enfermo padecía una cardiopatía isquémica terminal que le había sido diagnosticada hace tres años,
Necesidad de diálisis
El nuevo corazón funcionó correctamente desde el primer momento, no se produjeron hemorragias y tampoco se apreciaban síntomas de rechazo al órgano implantado. En cambio persistía la retención de orina por lo que el enfermo tuvo que ser sometido a una nueva sesión de diálisis.
Este problema de retención de orina se inició el miércoles, inmediatamente después de practicarle la implantación del corazón artificial, y se fue agravando progresivamente, por lo que el sábado por la tarde fue sometido a una sesión de diálisis. Esa primera sesión de diálisis tuvo que ser suspendida, sin embargo, al agravarse súbitamente el estado del paciente a causa de las hemorragias internas. A media tarde, el equipo médico pidió con urgencia un nuevo corazón humano a los servicios que coordinan las donaciones de órganos.
Las hermorragias internas y la complicación de la orina pusieron en serio peligro la vida del paciente, hasta el punto de que el equipo médico que le atendía pronosticó un desenlace fatal para las horas siguientes si no se conseguía un corazón humano a tiempo.
El enfermo se encontraba desahuciado no porque el corazón artificial funcionase incorrectamente, sino porque su organismo no aguantaba más esa situación, que es sólo una solución temporal. La única esperanza era, pues, un nuevo trasplante.
El corazón artificial implantado, del modelo Jarvik 7, ha cumplido correctamente su misión, según el doctor Alejandro Arís, que era la de mantener al enfermo con vida hasta encontrar un nuevo órgano. El estado general de Fernando Bonifacio había llegado a ser tan precario que no estaba en condiciones de resistir demasiado tiempo con el corazón artificial, según fuentes médicas.
Dos infartos
De hecho, cuando fue sometido al primer trasplante, su organismo se encontraba ya muy debilitado. Había sufrido dos infartos, y del último pudo recuperarse porque le sobrevino cuando se encontraba internado en el hospital Clínico de Barcelona, donde trabaja su esposa.
El enfermo había sufrido días antes dos amagos de infarto que habían motivado su ingreso. El equipo de cardiólogos del Clínico indicó que la única esperanza para el paciente era el trasplante, por lo que fue transferido inmediatamente al hospital de Sant Pau, que es el centro acreditado en Cataluña para este tipo de operaciones.
El enfermo soportó bien la primera intervención, realizada durante la madrugada del martes pasado, pero el corazón implantado presentó problemas de funcionamiento desde el primer momento hasta hacer inviable el trasplante. Por ello, los médicos decidieron recurrir al corazón artificial, aún a riesgo de fracasar, ya que el paciente no se encontraba en las condiciones más idóneas.
El corazón artificial se utiliza normalmente como puente entre dos trasplantes. Sus resultados se consideran excelentes. De los 81 enfermos a quienes ha sido implantado en el mundo hasta ahora, sólo 20 han fallecido en la espera.
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