Óscar Arias: "Confío más en Ortega que en el régimen nicaragüense
Declaraciones a EL PAÍS del presidente de Costa Rica
Antes de que este corresponsal entrase en el despacho del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, lo habían entrevistado esa tarde la televisión australiana y una periodista francesa; después esperaban en la puerta dos reporteros alemanes. Todos habían hecho varias semanas de antesala con el afán de descubrir el secreto de este hombre tímido sobre cuyas espaldas carga el peso fundamental de la paz en Centroamérica.
Un mes después de la declaración de San José y a siete del acuerdo de Esquipulas 2, Óscar Arias, de 46 años de edad, decepcionado por la lentitud con la que el proceso avanza, anuncia para un futuro inmediato nuevas gestiones. "No me gusta andar con un látigo permanentemente; por eso le he dado un compás de espera a los países que tienen que hacer cosas y estamos esperando que las hagan, pero me propongo actuar en el momento que sea necesario, porque darle demasiado tiempo al acuerdo de Guatemala para echar a andar es un poco burlar el diálogo".Entre esas gestiones previstas no está, según afirma, la convocatoria de una nueva cumbre. Arias no se ha puesto plazo fijo para llamar la atención de sus colegas por el incumplimiento de lo acordado, pero advierte: "Soy muy impaciente, y más cuando veo que todos los días muere gente en Centroamérica".
Se mueve en este papel de árbitro como pez en el agua. Respaldado por un Premio Nobel de la Paz y con el mérito de haber conseguido imponer su criterio frente a países mucho más poderosos e influyentes, Óscar Arias habla con autoridad de lo que los demás tienen que hacer para cumplir con lo que firmaron en Guatemala el 7 de agosto.
Pregunta. ¿Ha cumplido Nicaragua?
Respuesta. No.
P. ¿Qué quiere usted ver en Nicaragua para poder decir que hay democracia?
R. Que se asemeje más a lo que es España o lo que es Costa Rica. Ya sabemos todos lo que es democracia tal como se percibe en Occidente.
P. Por ejemplo, ¿quiere usted ver la separación del partido, el Estado y el Ejército?
R. Evidentemente. Eso y otras muchas cosas más, porque ya sabemos todos lo que es democrático en Nicaragua y lo que no lo es.
El presidente de Costa Rica reconoce, no obstante, que se ha, avanzado en Nicaragua desde la firma de Esquipulas 2, "pero no lo suficiente; siempre hay excusas para no seguir avanzando. La responsabilidad, en su opinión, no es sólo del Gobierno nicaragüense. "Yo pienso que tampoco hay mucha voluntad por parte de la contra, porque creen que no tienen mucho que ganar si avanzan hacia un cese del fuego cediendo mucho. De tal manera que cada uno está luchando por su supervivencia."
El respaldo de EE UU
Muchos creen que Óscar Arias no habría podido nunca alcanzar su relevancia actual si el Partido Demócrata de Estados Unidos no hubiese respaldado su gestión con la firmeza con que lo ha venido haciendo en los últimos siete meses. Su capacidad de influir en la política norteamericana es, por esta razón, impensable para el jefe de Estado de un país diminuto como Costa Rica.
Su actuación fue determinante, por ejemplo, para que la Cámara de Representantes norteamericana no aprobase a principios de este mes más ayuda militar para la contra. Cree que esa decisión contribuye al proceso de paz. "Ahora lo que esperamos todos", afirma, "es que la otra superpotencia también cese la ayuda a la guerrilla y que tanto Cuba como la Unión Soviética pongan de su parte y permitan a Centroamérica resolver los problemas mediante la negociación y mediante el diálogo".
Por lo que respecta a Estados Unidos, Oscar Arias cree que "tarde o temprano" la Administración norteamericana accederá al diálogo de seguridad que Nicaragua ha propuesto. "Creo que Estados Unidos va a esperar un poco más a que se avance en muchos de los puntos del acuerdo de Guatemala para empezar a hablar de seguridad, pero eso habrá de venir".
P. ¿Está usted actuando ante Estados Unidos en favor de¡ diálogo con Nicaragua?
R. Sí. Yo creo que no le debemos temer a dialogar. Yo les he dicho reiteradamente a las autoridades de Estados Unidos que si dialogan con la Unión Soviética -por qué no van a dialogar con Nicaragua, que si confían en el señor Gorbachov por qué no confiar en Daniel Ortega. Entonces, pienso que eso vendrá, pero antes Nicaragua tiene que dar muestras de tener voluntad de cumplir el acuerdo.
P. ¿Cree usted que se puede confiar en Ortega?
R. No me gusta juzgar a nadie, y prefiero ser optimista en que los que firmamos el acuerdo de Guatemala lo hicimos con buena fe. Yo he venido peleando para que se nos de la oportunidad de demostrarlo, y que se rechazara la ayuda a la contra es la oportunidad que Estados Unidos le ha dado a Centroamérica; ahora la bola está en nuestra cancha.
P. ¿Confía usted más en Ortega que en el régimen nicaragúense?
R. (Largo silencio.) Ehh.... Tal vez mi respuesta sería un poco sí.
Aunque el Gobierno sandinista se opone a que el Congreso norteamericano vote como alternativa al derrotado proyecto de Reagan un plan de ayuda puramente humanitaria a los rebeldes, Arias considera que ese tipo de ofrecimiento "no está en con
Óscar Arias: "Confío más
tra del acuerdo de Guatemala". "Pienso que los representantes populares de ambos partidos en Estados Unidos sienten que su país tiene una responsabilidad moral con los contrarrevolucionanos y que no los pueden dejar abandonados de la mano de Dios. Así es que si se trata de enviarles comida, medicinas o vestidos, es dificil que no encontremos en Estados Unidos un apoyo bipartidario para eso".
P. ¿Usted aceptaría a la contra como refugiados en Costa Rica si se lo propone Estados Unidos?
R. Yo creo que la contra lo que sueña es vivir en Miami, no en San José de Costa Rica. Para nosotros es una carga muy grande, porque ya hay aquí 150.000 nicaragüenses y estamos haciendo un esfuerzo muy grande para ver si pueden regresar voluntariamente a su propio país, y pienso que en el momento en que Nicaragua se democratice mucha gente va a querer regresar. Para nosotros la llegada de miles de nicaragüenses más es una verdadera amenaza, así es que yo pediría que las Naciones Unidas, que el ACNUR, que los países amigos nos ayudaran pari, si han de salir más nicaragüeses, sea con otros destinos, no hacia Costa Rica.
Por culpa de su sorprendente protagonismo, y tal vez de la imparcialidad de su labor, es frecuente escuchar en Centroamérica críticas agrias -contra Óscar Arias. Empezando por su propio país, donde una prensa ultraderechista lo descuartiza con argumentos bajos siempre que tiene oportunidad. Pero también por parte de los sandinistas, de la contra y de fuentes gubemamentales de El Salvador y Honduras. Contra estos dos últimos países Arias no es tan crítico como contra Nicaragua, pero también les recuerda sus obligaciones.
Honduras, España
P. ¿Y cree que hay alguna justificación para que el territorio de Honduras siga siendo utilizado para agredir a Nicaragua?
R. Bueno, mientras no se logre un cese del fuego en Nicaragua, Honduras no va a poder cumplir con ese compromiso. Y yo creo que eso lo sabe el presidente Azcona y lo sabe el presidente Ortega.
La crisis abierta recientemente en Panamá deja a Costa Rica, como dice Arias, "en un sandwich de conflictos", con Nicaragua al Norte y Panamá al Sur. Para este último país, el presidente costarricense opina que "la salida debe ser la misma que el plan de paz establece para los cinco países centroamericanos, y es que no habrá paz mientras no haya una auténtica democracia, mientras los pueblos no sientan que su voto cuenta, que la papeleta que depositan va a ser respetada y que la voluntad mayoritaria del pueblo va a decidir quién va a ser el gobernante".
Casi tan desencantado por la lentitud en la aplicación del plan de paz se siente Arias por la marcha en los últimos meses de sus relaciones con España. A diario pregunta al embajador español cuándo será la prometida y aplazada visita a Costa Rica de Felipe González. Pese a ello, es partidario de que España participe en la verificación de los acuerdos de paz. "Es tanto lo que nos une -y sobre todo ahora, que Felipe González tiene el liderazgo como para que se le escuche con atención- que si España se decide a tener un papel más activo, el presidente de Costa Rica lo vería con mucha simpatía".
