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Santiago Luginde,

un vigués de 48 años, es desde hace cuatro un auténtíco marinero en tierra. Después de toda una vida relacionada con el mar y la emigración, vive en una pequeña aldea del valle de Lemos (Lugo), a 200 kilómetros de cualquier costa, pero en su pesquero Brisas de Candás. Cuando los avatares de la fortuna le determinaron el convertirse en ganadero en tierras de su familia, trasladó el barco en un tractor especial, salvando numerosas dificultades por caminos casi impracticables.

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