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Instituciones públicas y galeristas los mejores clientes de Arco, que vendió la mitad de la obra expuesta

La feria facturó piezas por valor de más de 1.200 millones de pesetas y -tuvo 119.000 visitantes

Si el éxito de una feria se mide por los resultados económicos, la séptima edición de Arco, clausurada el martes por la noche, ha alcanzado ya su definitiva consolidación al cerrar con la mitad de la obra expuesta vendida. En cifras, este balance supone que los coleccionistas españoles y extranjeros han adquirido obra por más de 1.200 millones de pesetas, según los organizadores del certamen. Esta es la cifra más alta alcanzada en las sucesivas ediciones de la feria, por la que esta vez han pasado 119.000 visitantes, 4.000 más que el pasado año.

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El martes, pocas horas antes de la clausura de la feria, la mayor parte de los galeristas se mostraba muy satisfecha de los resultados económicos. Aunque reacios a hablar de dinero, mostraban contentos los numerosos puntos rojos delatores de las ventas efectuadas.Rosina Gómez-Baeza, directora del certamen, aseguraba que los coleccionistas españoles y muchos extranjeros han estado en Arco a lo largo de los seis días que ha durado la feria. Añade Gómez-Baeza que las instituciones museísticas han enviado representantes y que muchos de ellos han comprado piezas para completar o enriquecer sus colecciones.

La Fundación Arco, que promueve la Institución Ferial de Madrid (IFEMA) ha gastado 16 millones de pesetas, en obras, todas ellas, de galeristas extranjeros. Las obras adquiridas por esta fundación son Clouds and people, de Karel Appel, en la galería francesa Michel Delorme; Through the reflecting glass work in situ, de Buren, en la galería neoyorquina John Weber; Site plan with elevatión, de Turrel, de la galería francesa Yvon Lambert; Standing stone line, de Long, en la galería ateniense Jean Bernier, y cinco obras de Richard Serra de la galería francesa Lelong.

Otro paquete de compras importantes ha sido el realizado por los responsables del Centro de Arte Reina Sofía, que han adquirido piezas de artistas españoles y extranjeros. Ayer, el Ministerio de Cultura no podía todavía informar del gasto realizado en la feria ni detallar las obras adquiridas. Éstas servirán para engrosar la colección de arte del siglo XX que, de manera permanente, se exhibirá en el mencionado centro museístico.

Los mismos galeristas son los mejores clientes de un certamen de estas características. Ellos suelen ser los más avisados sobre los pintores y los artistas que van a aumentar su precio en el mercado, y, como buenos negociantes, invierten en obra de las inmediatas promesas o de los ya consagrados. Hay artistas jóvenes cuya obra se ha encarecido notablemente -es el caso de Miquel Barceló, cuyos lienzos no bajan del millón de pesetas- porque la obra que de ellos existe en el mercado -es propiedad de distintas galerías.

Uno de los artistas que en esta edición más ha interesado a los galeristas ha sido José Guerrero, exhibido en la caseta de Juana Mordó. Horas antes de la apertura del certamen, la propietaria de esta galería, Helga Alvear, había vendido ya toda la obra expuesta -cinco millones era el precio medio-, a excepción de un par de cuadros que había querido reservar para sus clientes y que, tal como era de esperar, en la clausura del certamen tenían ya nuevo propietario.Aproximaciones

Ayer, miércoles, un día después ,de la clausura, los de la feria aseguraban que hasta que no transcurra por lo menos un mes no tendrán los datos exactos de las ventas. Se sabía que se había vendido más de la mitad de la obra asegurada, pero no podían detallar quiénes eran los galeristas que más habían vendido.

Una de las dificultades para poder precisar está en que algunos de los galeristas que más han vendido han reemplazado los fondos iniciales con nuevas piezas procedentes de sus galerías. Respecto a los extranjeros, hay que esperar unos días hasta que la inspección de aduanas certifique el total de la obra que ha pasado las fronteras procedente de Arco.

Entre los galeristas españoles que más obra expuesta habían vendido durante la tarde del pasado martes se encontraba Gamarra y Garrigues, con puntos rojos en casi todas las esculturas y pinturas de un espacio enteramente dedicado a Eduardo Arroyo.

La galería Moriarty también ofrecía un panorama semejante con las esculturas de Cristóbal y las fotografias de Ouka Lele. De ésta sólo quedaba sin vender la acuarela sobre fotografía titulada Hasta que la muerte nos una, cuyo precio es de 550.000 pesetas. Theo, la galería que más piezas de museo concentraba, había vendido, entre otras cosas, un Miró de 11 millones de pesetas.

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