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Las orquestas autonómicas coordinan su gestión

La financiación y la escasez de intérpretes españoles son el principal problema de estos grupos

Andrés Fernández Rubio

Cinco orquestas españolas, las de Asturias, Valladolid, Euskadi, Tenerife y Las Palmas, pertenecen a la Asociación de Orquestas Sinfónicas del Estado Español, recién creada para coordinar su gestión. Las dificultades a las que se enfrentan los grupos son presupuestarias -al estar supeditados a la política cultural de comunidades- autónomas y Ayuntamientos- y de escasez de instrumentistas españoles de calidad. El Ministerio de Cultura publicará en breve una orden por la que las orquestas regionales españolas podrán ser financiadas por este organismo, hasta en una tercera parte, a condición de que su política promocione la música española y cree becas.

Sobre datos de 1986, las 14 orquestas españolas que pueden ser consideradas como profesionales sumaron en sus presupuestos una cifra aproximada a los 4.000 millones de pesetas. De ellos, un porcentaje reducido, en las orquestas de fuera de Madrid y Barcelona, se cubrió con la taquilla.Frente a las dudas sobre si es rentable mantener una orquesta sinfónica en ciudades pequeñas o autonomías a veces uniprovinciales, sus gerentes hablan de una rentabilidad cultural enorme. Creen necesario abrir un frente común para garantizar la supervivencia, y la Asociación de Orquestas tiene en ello su principal objetivo.

Antonio Pita Cárdenes, gerente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, cree que "todo lo que se invierte en cultura no está malgastado. Si hay un control por parte de la Administración, una racionalidad y un aprovechamiento social, la inversión en una orquesta es muy rentable". Para 1988, esta agrupación tiene un plan presupuestario de 240 millones de pesetas, subvencionados por el Cabildo Insular (120), el Gobierno de Canarias (60), el Ayuntamiento de Las Palmas (20, a cambio de que los mejores músicos extranjeros del grupo impartan clases en el conservatorio municipal), y la Caja Municipal de Ahorros (6). El resto se espera recaudar en taquillas y con una subvención del Ministerio de Cultura, según informa Pita Cárdenes.

Esta orquesta podría servir como ejemplo de la diversificación de apoyos con los que cuentan varios grupos sinfónicos en España. En un informe de Enrique Rojas Guillén, gerente de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, se citan al menos nueve orquestas profesionales, no dependientes de forma directa del Gobierno central, con una plantilla de más de 60 personas, sueldos superiores a 100.000 pesetas y personal dado de alta en la Seguridad Social.

Rojas Guillén se refiere al duro recorrido por los mercados de trabajo para encontrar instrumentistas y al "tortuoso camino" de adecuar los presupuestos planeados a "la realidad variable de las subvenciones prometidas y no recibidas".

Motor musical

El aprovechamiento social de las orquestas autonómicas, regionales o locales es tan importante que puede convertirse en "el motor de la vida musical de una comunidad", según Juan Bosco Gutiérrez, gerente de la Orquesta Sinfónica de Asturias. Es lo que cree que ha sucedido en Asturias tras la creación del grupo en 1974. Con un presupuesto que está previsto que este año sea de 280 millones, es principalmente el Principado el que financia a un grupo de 48 músicos, de los que 16 son extranjeros.

Para Gutiérrez, no se trata de cifras descabelladas, sino acordes a la realidad. La orquesta ofrece más de 66 conciertos al año, 15 de ellos en el teatro Campoamor de Oviedo y el resto por la Comunidad, y ha conseguido ya 900 abonados en este local, 400 en Gijón y 200 en Avilés. Los conciertos fuera de programa son gratuitos, y Bosco añade que la influencia del grupo, que cuenta con siete becarios, ha propiciado la creación de una orquesta de alumnos del conservatorio.

Para este gerente, el bajo coste de grupos de cámara, que supuestamente podrían servir más racionalmente a una promoción musical en regiones sin demasiada tradición, no tendría tanta influencia como tiene una orquesta sinfónica, debido a la espectacularidad y posibilidades de ésta. En Las Palmas, según Pita Cárdenes, 24.000 escolares al año oyen conciertos de la orquesta.

Para Gutiérrez, la orquesta regional idónea sería la que contase con una plantilla de 88 músicos y 450 millones de pesetas de presupuesto. Las cifras que manejan los grupos españoles varían desde los 375 millones anuales de la Sinfónica de Euskadi a los 25 de la Bética Filarmónica de Sevilla, "la más pobre de España" ' según su administrador, Rafael Álvarez-Osorio, con músicos que cobran 24.000 pesetas por concierto, ensayos incluidos.

Desproporción de recursos

En las Jornadas de Estudios sobre Gestión de Orquestas Españolas, celebradas en octubre pasado en Valencia, encuentro en el que se afianzó la idea de crear una Asociación de Orquestas Sinfónicas, los responsables administrativos de las 12 orquestas que asistieron hicieron hincapié en un punto: la desproporción existente entre los recursos destinados por la Administración central al sostenimiento de las orquestas de titularidad estatal en detrimento del resto de las orquestas del país.Sobre este asunto, José Manuel Garrido, director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), señala que, en principio, "cuando ya se han producido los repartos de competencias a las comunidades autónomas, la responsabilidad pasa a ser suya", por lo que el Ministerio de Cultura "se atiene a mantener sus servicios públicos, en este caso la Orquesta Nacional de España [el organismo que administra esta orquesta y el coro maneja anualmente un presupuesto de unos 1.000 millones de pesetas]".

Para Garrido, pasada la etapa de fortalecimiento de los servicios públicos en materia musical, de la proyección de la música española en el extranjero y de la construcción de nuevos auditorios, el Ministerio de Cultura aplicará una política que busque la concertación de las orquestas en unos objetivos básicos.

Éstos se basan en una serie de puntos que, de llevarse a cabo en las agrupaciones, servirían a éstas para obtener unas subvenciones ministeriales que nunca sobrepasarían un tercio de su presupuesto. La programación de música española, en especial contemporánea, y su inclusión dentro del repertorio; los planes de reconversión artística o de funcionamiento y la promoción de becas de perfeccionamiento son estos puntos fundamentales.

El ministerio tenderá a evitar, según Garrido, "una política de subvención indiscriminada", y añade que todo está relacionado con la docencia, ya que, por muy buena que sea una política sobre orquestas, "si no hay músicos para llenarlas no sirve de nada".

Las orquestas de fuera de Madrid y Barcelona que mayor consolidación han obtenido son las de Valencia, Asturias, Bilbao, Valladolid, Euskadi, Gran Canaria, Tenerife y Sevilla.

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