La entrevista entre González y Thatcher suscita interrogantes entre los 'doce'

FERNANDO JÁUREGUI ENVIADO ESPECIAL La entrevista que mantuvo ayer a solas la primera ministra británica, Margaret Thatcher, con Felipe González suscitó no pocos interrogantes en medios de las restantes delegaciones asistentes a la cumbre de Bruselas, algunas de las cuales acusan tanto a británicos como a españoles de mantener posturas "maximalistas", aunque por razones obviamente diferenteg.

De acuerdo con fuentes de ambas partes, Thatcher y González "expusieron sus respectivas posiciones" sobre la reforma de la CE, comprometiéndose la primera mínistra aflexibilizar sus tesis respecto a los fondos estructurales -Londres sólo acepta un incremento del 50%,rnientras que España exige su duplicación-, a cambio de encontrar una "mayor comprensión" en la demanda británica de drásticos recortes en el gasto agrícola, contra lo que quieren alemanes y franceses.

El hecho de que González tan sólo haya mantenido entrevistas bilaterales con la señora Thatcher y con el aliado de ésta, el primer ministro holandés, Rud Lubbers, y el que la propia Thatcher tan sólo se entrevistase ayer a solas con González y con Lubbers, fue objeto de no poca especulación en la cumbre. Fuentes de la delegación española, que sólo ofrecieron someras explicaciones oficiales del encuentro, aventuraron que el hecho de que ambas entrevistas con González fuesen solicitadas por la otra parte pudiera significar un deseo británico-holandés de ganar para su causa, o al menos de no tener frontalmente en contra, al único otro miembro de los doce que se encuentra en la actualidad en una posición de aislamiento.

Aislada en Bruselas

España parece hallarse aislada en Bruselas incluso con respecto a los otros miembros del llamado sur de la CE, Grecia, Irlanda y Portugal. Este último país, que teóricamente acudía a la capital belga compartiendo exactamente las posiciones españolas en cuanto a duplicación de los fondos estructurales para ayudar a las regiones europeas más desfavorecidas, admite ahora las tesis más blandas de la presidencia de la República Federal de Alemania, que limita el crecimiento de los fondos, así como sus posibilidades de reparto; la configuración económico-regional de Portugal hace que, en la práctica, al vecino país ibérico le resulte indiferente uno u otro medio de reparto, mientras que, con la propuesta alemana, algunas regiones españolas quedarían fuera del beneficio de los fondos.

La posición española en cuanto a los fondos estructurales hace difícil, por otro lado, cualquier entendimiento con británicos y holandeses, que se mantienen en la tesis de un aumento máximo global hasta 1992 del 50%.

Fuentes diplomáticas españolas negaron, de otro lado, que en las entrevistas de González con Thatcher y Lubbers se abordase la pretensión española de integración en la Unión Europea Occidental (UEO).