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Satisfacción en la diplomacia nicagüense por la rápida preparación de la visita de Ortega a España

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, Regará a Madrid el próximo martes para una "visita de Estado de trabajo" de dos días de duración, según inesperado anuncio hecho ayer por la Dirección de Información Y Prensa de la Presidencia de la república nicaragüense. Por su parte, fuentes diplomáticas nicaragüenses en España manifestaron su satisfacción por la rápida conclusión de las gestiones para la visita, cuya realización fue solicitada el martes al Gobierno español.

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Este anuncio sorprendió a la mayor parte de Ios altos cargos del Ministeriq de Asuntos Exteriores, según admitió uno de ellos, que dijo haberse enterado "casi al mismo tiempo que la Prensa" de la sorpresiva visita de Ortega aunque, aparentemente, el ministro, Francisco Fernández Ordoñez, sí estaba informado de ella. Otras fuentes gubernamentales reconocieron que el viaje del dirigente: nicaragüense se gestó desde la Moncloa, y concretamente apuntaron al asesor en temas internacionales del vicepresidente Guerra y del presidente González, Juan Antonio Yañez.Ortega se entrevistará, durante su estancia en Madrid, con el Rey y con Felipe González, y mantendrá algunas reuniones de trabajo con el ministro de Asuntos Exteriores, Fernández Ordoñez. Aunque el programa de la visita, no estaba aún ayer ultimado, se considera muy probable que mantenga un encuentro también con el vicepresidente Alfonso Guerra, con quien ya se entrevistó en Managua el pasado 27 de noviembre. En aquella ocasión, Guerra, que realizaba una visita oficial a Nicaragua y Costa Rica, afirmó que el régimen sandinista es el que mejor cumple los acuerdos de paz de Esquipulas, y que "nadie trabaja tanto por la paz" como los sandinistas. Fuentes de Exteriores reconocieron privadamente que "tal vez no sea este el mejor momento" para una visita a España de Ortega, quien tal vez extienda su viaje a otros países europeos, si bien ayer no estaba confirmado oficialmente este extremo. Ortega llega a España cuando las reticencias entre Madrid y Washington se encuentran a flor de piel tras la decisión de hacer salir los aviones F-16 de territorio nacional, y también pocos días des pués de la gira del ministro sovié tico de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze. Igualmente, tras Ortega llegará a Madrid el presidente de la República Argentina, Raúl Alfonsín.

En la actualidad, España ni si quiera tiene nombrado embajador en Managua, dado que el principal candidato, Ángel Fernández Mazarambroz, sigue ocupando la embajada en Angola y el hasta ahora representante en Nicaragua, Yago Pico de Coaña, se incorporó hace ya semanas a la Dirección General de Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exterios.

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La reticencias privadamente mostradas por algunos cargos de Exteriores indican claramente que la organización de la visita que se realiza a petición del propio Ortega, procede "más bien del entorno de la Moncloa", según una fuente diplomática. Pero las mismas fuentes añadieron que no sería impensable que de este viaje surgiese alguna conclusión positiva, dado que España trata de convertirse "en una especie de mediador" en el diálogo entre los sandinistas y la contra nicaragüense, como ya hiciera hace tres meses entre el Gobierno y la guerrilla guatemaltecos.

Esta será la cuarta visita de Ortega a nuestro país, con el que Nicaragua mantiene unas relaciones caracterizadas por la falta de conflictos. El presidente nica ragüense estuvo en Madrid, por primera vez, en 1982, en visita privada, y luego viajó a nuestro país en 1984 y 1985. El vicepresidente Sergio Ramírez ha sido un visitante más asiduo de España, ya que viajó a Madrid tres veces en 1985, dos veces en 1986 y una vez en 1987. Parecida frecuencia han registrado las visitas a España de otros miembros del Gobierno nicaragüense, como Ernesto Cardenal, ministro de Cultura.

La intención de esta visita, preparada en el mayor secreto, resulta obvia: Ortega, dijeron medios gubernamentales españoles, trata de lograr el aval de nuestro país cuando está a punto de comenzar "en serio" el diálogo de los sandinistas con la contra y cuando el tema de Esquipulas 2 está a punto de ser examinado por el Congreso norteamericano. Ortega llega en inomentos en los que el presidente Reagan intensifica sus acciones a favor de la insurrección armada de la contra. El viaje del presidente sandinista, en estas condiciones, resulta un gesto significativo de petición de ayuda a los europeos en general y a España en particular, frente a unos EEUU ya lanzados en la campaña electoral, en el que el tema de Nicaragua no dejará de ejercer un considerable peso.

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