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Palma de Mallorca intenta salvar 90 patios góticos de la ciudad

Mostrados en una exposición a través de fotografías y planos

Andrés Fernández Rubio

Palma, ciutat de patis (Palma, ciudad de patios) es el título de una exposición que hasta el día 25 estará abierta en Palma de Mallorca. En ella se recogen fotografías y planos para la recuperación y en muchos casos rehabilitación de 90 antiguos patios de la ciudad. El Ayuntamiento encargó el estudio a un equipo de arquitectos, y pretende dar facilidades a los dueños de las viviendas con el fin de reconstruir los patios deteriorados, preservando sus orígenes góticos y su posterior estructura dieciochesca. La última fase del proyecto prevé colocar rejas en las entradas y abrir las puertas de un mundo interior a los ojos de los ciudadanos.

Los arquitectos Luis y Jaime García Ruiz e Ignacio Arzubialde son los autores del proyecto. Hace ocho meses, el primero dijo al Ayuntamiento que era una pena que una riqueza patrimonial como los patios de la ciudad estuviese casi abandonada, máxime cuando en otros lugares éstos se han abierto y forman parte del trazado turístico. Así surgió una idea cuyo fin último es revitalizar el casco alto de la ciudad, junto a la catedral, y el bajo, junto a la Lonja, áreas en las que se encuentran los recintos.Arzubialde informa que de los 90 patios inventariados -"la mayoría con interés arquitectónico"- sólo pueden verse actualmente unos 30, de los que 20 pertenecen a entidades oficiales. "La mayor parte de todos ellos son del siglo XVIII", dice, "aunque la base es gótica. En ese siglo, debido al comercio marítimo, los burgueses y nobles dueños de las casas los habilitaron y les dieron mayor empaque, con una influencia muy marcada de fórmulas arquitectónicas italianas".

Según este arquitecto, los patios suelen conservar del estilo gótico la escalera o cuando menos su trazado, y es en el siglo XVIII cuando éstos se agrandan para dar desahogo a la vivienda y cuando acaba formándose un estilo peculiar con influencias barrocas y neoclásicas. "Entonces se agrandaron los huecos, con artesonados y zaguanes, y se reformaron las escaleras, que se desdoblan y permiten acceder a galerías superiores, todo ello mediante la utilización de arcos de piedra, mármol local y otros elementos".

Recorrido

La exposición que estos días se muestra pretende, mediante la presentación de planos, vídeos y posibles recorridos, afianzar el proyecto de cara a los dueños de muchas viviendas en las que se encuentran los patios, y también de cara a la población, con el fin de que conozca la riqueza de este patrimonio arquitectónico, desconocida para muchos de los habitantes de la propia ciudad.El Ayuntamiento, asegura Ignacio Arzubialde, gestionará la viabilidad de las reformas y concederá créditos "para que, basándose en unos criterios básicos, estéticos y presupuestarios, formulados en nuestro estudio, se desarrollen unas reformas cuyo fin es respetar el aroma original de los lugares".

Tras esas reformas, se pretende abrir las puertas de maderas nobles, colocar unas rejas y conseguir que la gente pasee por la ciudad observando unas zonas de arquitectura interior que por la noche se iluminarán reclamando así la atención de los viandantes. "Esto servirá para recobrar la actividad diurna y nocturna de los barrios viejos y permitirá conocer la ciudad en una dimensión distinta", en opinión del arquitecto Ignacio Arzubialde.

El arquitecto cuenta que la mayoría de las viviendas en las que se sitúan los patios tiene entre 100 y 300 años, y algunas hasta 500. Muchos de los dueños de las casas, cuyas familias han habitado en ellas durante generaciones, se acabaron trasladando a zonas más modernas y confortables por lo que las viviendas se mantienen, aunque en un estado en ocasiones muy desfavorable. A través de los siglos, algunas historias de las viviendas se hiecho públicas. Así la que al parecer sucedió en la de La Gran Cristiana (actual Museo de Mallorca), mujer que financió una insurrección contra Isabel II que fracasó. A aquella noble casa vinieron los súbditos de la reina a detener a la implicada, que dio su palabra "de gran cristiana" de' que permanecería recluida hasta nueva orden. En cuanto pudo, huyó, de lo que se deduce que mejor no fiarse de una promesa en esos términos.

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