Una cuestión de sangre
Algunos enfermos llegan a los hospitales tras buscar sus propios donantes
Un día, en una conocida empresa madrileña apareció un cartel: "Se necesitan donantes de sangre para la operación de un familiar. Ponerse en contacto con...". Cada vez con más frecuencia la falta de sangre en los hospitales obliga a tomar decisiones semejantes. Al ciudadano M. T. le dijeron en un centro sanitario al que había acudido con su madre para una operación de relativa importancia: "Tráigase los donantes". Los llevó; pero al final su sangre hubo de ser utilizada para otra operación más urgente. Falta sangre, y lo reconoce la misma administración sanitaria.
El hospital Clínico, en el que hay 1.600 personas internadas, es uno de los centros que sufre a diario este problema. A la entrada del hospital es corriente ver un cartel en el que se informa a los familiares de los pacientes del tipo de sangre que escasea en el banco del hospital.El director del Clínico, Julián Sauces, asegura que la falta de sangre es un problema difícil de resolver y que es frecuente pedir a los familiares de una persona que va a ser operada que la acompañen personas de su mismo grupo sanguíneo por si hace falta.
Habitualmente se respeta el uso de las donaciones que realizan los parientes y amigos pero no se descarta su desvío para un caso de vida o muerte.
Una enfermera del mismo hospital explica que "suspender una operación por falta de sangre es un hecho habitual, aunque los servicios de urgencias nunca tienen este problema, pero precisamente por tener bien cubierto este servicio a veces se retrasan intervenciones que no son urgentes".
Cada hospital se autoabastece a través de su propio banco y si se acaba la de un tipo determinado se recurre a otros centros o se pide a los familiares que hagan llamamientos a través de las emisoras.
Falta en vacaciones
El equilibrio precario en el que trabajan habitualmente los distintos hospitales se altera en épocas vacacionales y sobre todo en navidades y en verano. La doctora Forjas, responsable del departamento de hematologia del Ministerio de Sanidad, explica que el problema se produce "no porque se necesite más de la que se consume habitualmente sino porque lo que se consume no se adapta al número de extracciones realizadas".Por cada mil madrileños sólo una media de 28,28 personas realiza una donación al año; a escala nacional la media se reduce a 21,58. Para llegar a la situación óptima se necesita ría que 40 o 50 personas por cada mil ofrecieran su sangre una vez cada 365 días.
La doctora Forjas explica que la capital se encuentra en el primer puesto de la clasificación por donantes, pero también las necesidades de la ciudad son las mayores, no por las necesidades propias de la comunidad, si no por la cantidad de intervenciones que se realizan a pacientes de otras ciudades.
La creación en un futuro próximo de un centro regional de sangre en el que se realice todo el proceso aliviaría las carencias actuales, según la doctora.
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