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Decepción por las indemnizaciones establecidas para los afectados por la catástrofe del 'Amoco-Cádiz'

Lluís Bassets

La sentencia del juez de Chicago sobre las indemnizaciones por la catástrofe del Amoco-Cádiz ha caído en un jarro de agua fría sobre los 90 municipios de la Bretaña ftancesa que forman parte del sindicato intercomunal creado para defender los intereses de los damnificados por la marea negra de 1978. La sentencia establece la indemnización destinada a los municipios en 46 millones de bancos (920 millones de pesetas), en vez de los casi 600 que solicitaban. Contando los intereses, el sindicato recibirá unos 90 millones de francos.

La factura de los abogados y los enormes gastos realizados, principalmente en viajes de los alcaldes y de representantes municipales, se elevan a 80 millones de francos. El Estado francés, demandante de una indemnización de 430 millones por los gastos derivados de la enorme mancha de petróleo pegada a la costa, recibirá 202 millones, que se convertirán en 380 millones contando los intereses.El juez ha desestimado algunas peticiones de indemnización que ha considerado de evaluación imposible, en concreto cuando se trata de "perjuicios morales". Ha rechazado también la inclusión en la indemnización de los programas de rehabilitación de la costa, evaluados en 150 millones de francos, y ha calificado de "exageraciones groseras" las evaluaciones de los gastos de limpieza de la marea negra presentados por algunas comunas. En algunos puntos de la costa los especialistas constatan, sin embargo, que existen todavía acumulaciones de crudo almacenadas bajo la arena en el fondo de algunas calas especialmente protegidas, que pueden volver a surgir en casos de mareas muy fuertes.

No todo son lamentaciones entre los bretones. La sentencia del Amoco-Cádiz no significa la terminación de este proceso sobre una de las mayores catástrofésecológicas de los últimos años. Todavía existe la posibilidad de recurso, que puede alargar el caso durante dos años más, ante la desconfianza de los contribuyentes bretones, que han visto cómo sus aportaciones al pleito quedaban en nada. La experiencia del Amoco-Cádiz ha permitido dotar de abundantes medios de prevencíón a todos los municipios y departamentos de la costa del canal, donde se produce uno de los flujos de tráfico petrolífero más importantes del mundo. Las normas de circulación han cambiado y la vigilancia sobre el' tráfico marítimo ha experimentado avances sustanciales. En el último año se han producido únicamente 200 infracciones en el tráfico marítimo en la zona, frente a las 1.367 producidas en 1980. Los damnificados, finalmente, han conseguido una victoria moral con la propia sentencia.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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