Noriega acalla los rumores, sobre su dimisión con su regreso ayer a Panamá desde la República Dominicana
El jefe del Estado Mayor del Ejército panameño, coronel Marco Justinez, apareció Insólitamente el pasado sábado por la noche ante las pantallas de televisión para asegurar que los rumores sobre la salida del país del general Manuel Antonio Noriega eran "una burda maniobra de Estados Unidos". Con el fin de acallar las voces que anunciaban su fin, el propio Noriega regresó en la tarde de ayer (anoche en España) a su país desde la República Dominicana, según anunció un portavoz de las fuerzas de defensa en Panamá.
El coronel Justínez, número dos del escalafón militar, parecía tan confundido como la mayoría de los observadores de la situación de Panamá, cuyas autoridades mantienen desde hace seis meses un duro pulso con el Gobierno norteamericano a propósito de la permanencia del general Noriega como jefe de las fuerzas armadas y máximo dirigente panameño de hecho.La sorpresa de Justínez era mayor por cuanto dejó entrever que los militares panameños habían quedado tranquilos después de la conversación de cinco horas mantenida el pasado 29 de diciembre con el secretario adjunto para la Seguridad Exterior del Departamento de Defensa de EE UU, Richard Armitage. Aunque The Washington Post informó la pasada semana, citando fuentes oficiales, que esa visita secreta de Armitage fue para presionar a Noriega con el fin de que abandonase el poder, el coronel Justíno vio relación entre los rumores propalados el sábado y la "conversación amistosa" con el alto funcionario del Pentágono.
El coronel Justínez insinuó que la ofensiva anti Noriega de "los sectores más reaccionarios" de la Administración norteamericana va en contra de alguna forma de acuerdo conseguida en la reunión con Armitage y emplazó al embajador de EE UU en Panamá, Richard Davis, para que confirme o desmienta esta afirmación.
Los rumores sobre la huida de Noriega partieron, según testigos del proceso, cuando un dirigente opositor tuvo noticia del viaje de Noriega a Santo Domingo para reunirse con su hija Sandra, recientemente casada con el hijo de un alto oficial dominicano. Varios medios de comunicación fueron alertados por la oposición de lo sorprendente de ese viaje, que no había sido anunciado oficialmente. Algunos de esos medios, principalmente las radios opositoras, dimitieron los rumores y lanzaron a las calles a varios miles de personas para celebrar la salida de Noriega.
"Solución honorable"
El rumor empezó a ser verosímil al relacionarlo con la última información de The Washington Post sobre las presiones para la dimisión de Noriega y con las declaraciones M presidente panameño, Eric Arturo Delvalle, publicadas la pasada semana por el diario The Washington Times, en las que anunciaba una próxima "solución honorable" para el caso Noriega. Parte de la Prensa panameña arremetió ayer contra el presidente por estas declaraciones y todo anuncia un recrudecimiento de la tensión entre los responsables militares y políticos del régimen panameño. Delvalle se encuentra actualmente en Estados Unidos para someterse a una revisión médica.Con todos estos focos de conflicto en un país que vive agitado desde las polémicas declaraciones hechas en junio del año pasado por el ex jefe de Estado Mayor Roberto Díaz Herrera -exiliado hoy en Venezuela-, sólo el regreso de Noriega podia desvanecer completamente los rumores. Con el regreso de Noriega, el caso ha quedado como un nuevo intento precipitado de la oposición para forzar la caída de un hombre que sigue sin mostrar síntomas claros de debilidad. Por el contrario, su forzado giro a la izquierda le ha permitido ganar el respaldo del sector torrijista del país, que el sábado celebró el aniversario de la muerte en 1964 de 22 estudiantes panameños a manos de soldados norteamericanos en la zona del canal.
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