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Reportaje:

"Me atrae lo escenográfico"

Aun cuando se suele identificar básicamente a Pérez Villalta con su trayectoria pictórica, sus intereses y actividades creativas están, de hecho, mucho más diversificados, en aspectos que van desde el diseño hasta la intervención arquitectónica o -como en el caso de la reciente obra teatral de Fernando Savater, El último desembarco- la escenografía."Siempre he pensado que mi medio ideal no era la pintura. Me atrae mucho más intensamente el concepto de espacio, lo escenográfico en un sentido extenso. En los últimos 30 años, las intervenciones de artistas en espacios públicos son, por lo general, deplorables. Hay, por supuesto, excepciones geniales, casos como los de un Oldemburg, Richard Serra o Noguchi, que ya no es tanto un escultor como un diseñador de espacios. Pero, por lo general, los artistas se han limitado a instalar su pieza, sin redefinir realmente el espacio de un modo creativo. El artista debiera tener una formación más amplia, un poco al modo renacentista, y no estar tan especializado en un único campo. En el diseño de objetos ha habido fenómenos interesantes en los últimos años, como el grupo Alchimia, que rompían con la tradición de la Bauhaus, pero a menudo no van más allá de una cierta boutade; no aportan en el fondo un nuevo diseño que supere el mero formalismo y esté más pensado en términos de objeto. Una silla debe ser hermosa, pero no una escultura para sentarse".

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Dentro de ese interés plural, Pérez Villalta entiende que esferas como la pintura o el diseño ocupan lugares conceptuales de naturaleza distinta. "La moda o el diseño cumplen una función ornamental, mientras que la pintura es un hecho del pensamiento. Hay que dejar las cosas claras y no meter ambas cosas en el mismo saco. Debemos establecer categorías, aunque no quiero decir con ello que un medio sea superior a otro. Son simplemente mundos distintos. La moda puede ser bellísima o genial, pero yo no la metería en un museo al lado de una pintura. La moda y el diseño sirven para la vida, mientras que la pintura o la escultura nos remiten a la esfera del pensamiento, de la filosofía".

Pensamiento y ornato

"La arquitectura es el punto en el que confluyen ambos mundos, el del pensamiento y el del ornato de la vida, y eso es algo que me interesa mucho. Para mí, la arquitectura es como un pórtico, el paso de la vida al pensamiento. Sin embargo, no nos topamos con frecuencia con arquitectura que sea puro pensamiento. Ése es el verdadero gran arte, la posibilidad de vivir un pensamiento artístico, algo que la pintura o la escultura no permiten. En la actualidad me han interesado muchos aspectos de la bien o mal llamada posmodemidad. Por lo general, y aunque siempre he sido más deudor de un Venturi que de un Rossi, me atrae más la sobriedad de ciertas propuestas de la arquitectura italiana que la exacerbación decorativa de los norteamericanos. Con todo, en nuestro tiempo, sigue siendo Louis Kahn uno de los pocos que ha planteado esa arquitectura ideal del pensamiento, una arquitectura metafísica que posee casi la presencia de las pirámides".

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