Un actor fingió su propio secuestro por parte de grupos antisemitas

La Fundación Ana Frank calificó ayer de "golpe bajo" la actitud del actor judío-holandés Jules Croiset, quien reconoció ante la policía haber simulado su propio secuestro y las torturas de que fue objeto por parte de un grupo antisemita que le habría llevado a Bélgica, aprovechando la polémica desencadenada por los ensayos de la obra teatral de Rainer Werner Fassbinder La basura, la ciudad y la muerte. Croiset ha reconocido también la autoría de las cartas y amenazas recibidas por sus familiares y amigos.La policía empezó a sospechar que el actor mentía cuando éste halló sin dificultad el lugar donde había sido recluido por sus secuestradores ya que, según dijo, llevaba los ojos vendados. En sus primeras declaraciones Jules Croiset explicó con toda suerte de detalles cómo le fue arrancada del cuello una estrella de David, y la forma en que le pintaron una cruz gamada en el pecho. Este sobrecogedor relato fue recogido luego por la televisión holandesa en un programa especial. El actor ha admitido ahora que todo era mentira, incluso las cartas recibidas por su familia y amigos, el pasado mes de diciembre.

En aquel momento, el rechazo de la comunidad judía a la representación se unió a una serie de actos antisemitas, cuyo punto álgido fue el fraudulento secuestro.