Técnicos españoles afirman que los cuadros de la exposición de París se hallan en perfecto estado
Las telas de la exposición De El Greco a Picasso, expuestas durante tres meses en el Petit Palais de París, se hallan "en perfecto estado de conservación", según Afirmó ayer a EL PAÍS Jaime Brihuega, subdirector general de Bienes Culturales del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Brihuega llegó a París el lunes por la tarde y dedicó la mañana de ayer entera a la inspección de las telas, acompañado por un nutrido equipo de especialistas, ocho españoles y tres franceses.
El secretario general de los museos de la ciudad de París, Olivier Jerolami, reconoció el pasado 31 de diciembre que la extraordinaria afluencia de público había producido problemas de exceso de humedad. El conservador español Eduardo Porta publicó el 29 de diciembre en EL PAÍS un artículo denunciando la existencia de daños irreparables en algunas de las piezas expuestas cedidas para la exposición parisiense.El grupo de expertos españoles que ha inspeccionado las telas llegó a París "preparado para encontrar algo", según expresión del propio Brihuega. "Lo único que hay en las telas es polvo", afirmó, y desmintió la existencia de hongos o de descuelgues en ninguna de las obras. "No estoy ni tan siquiera seguro de que haya existido realmente un problema de exceso de humedad", puntualizó. En opinión de Brihuega, los higrómetros instalados en las salas del Petit Palais no estaban bien ajustados, por lo que marcaban excesos de humedad que no siempre existían.
Según los técnicos españoles, Eduardo Porta, en su visita a la exposición, no avisó a los conservadores, por lo que no pudo realizar una inspección detallada de los cuadros ni comprobar la exactitud de las medidas higrométricas y tuvo que limitarse a revisar las telas junto a numeroso público que acudió a la muestra. Los especialistas españoles reprochan a Porta su desconocimiento de la situación de los cuadros ya antes de la exposición, cuestión que impide la realización de un diagnóstico sobre los supuestos efectos de la humedad. Según uno de los organizadores españoles, algunas telas cuentan con zonas desbarnizadas y otras estaban ligeramente destensadas antes de llegar a París.
El comisario francés de la exposición y director adjunto de cultura del Ayuntamiento de París, Jean-Jacques Aillagon, manifestó su disgusto por las críticas expresadas en España respecto al estado de conservación de las telas. 'Ninguna exposición ha conseguido reunir a tanto público e interesar tanto como ésta durante esta temporada", aseguró el comisario francés. "Creo que éste es el dato más importante de la exposición y no los supuestos daños sufridos por los cuadros", añadió. Aillagon reconoció que las condiciones del Petit Palais, principalmente en cuanto a higrometría, "no son ideales", pero adelantó, antes de que se realizara la inspección de ayer, que "no parece que se hayan producido daños".
Aunque no se conocen las cifras oficiales de asistencia, en una primera evaluación el Ayuntamiento de París considera que se ha superado largamente la cifra del medio millón de visitantes, lo cual sitúa la muestra De El Greco a Picasso entre las exposiciones históricas realizadas en París. Según Aillagon, las evaluaciones definitivas de público podrían arrojar una cifra entre 600.000 y 700.000 visitantes. En los últimos días, coincidiendo con las fiestas navideñas, las colas ante el Petit Palais empezaron a rodear ya la manzana y el número de visitantes superó los 11.000 diarios.
Las circunstancias políticas francesas no son ajenas a los problemas que han sufrido estas exposiciones. Chirac deseaba apuntarse un tanto espectacular en sus relaciones con España, superada ya la etapa en que su partido, el neogaullista RPR (Asamblea para la República), se oponía a la ampliación de la CE. Una iniciativa cultural de este tipo le ha permitido competir con el propio presidente de la República, François Mitterrand, como europeísta y como político sensible a la cultura. La voluntad política derrochada por Chirac en esta iniciativa está en el origen de una parte de las precipitaciones e improvisaciones. Lo mismo sucede con las limitaciones técnicas de los museos pertenecientes al municipio de París, los únicos convenientes para una manifestación que debía ser objeto de una rentabilízación política.
Informe verbal
"Los cuadros están perfectos", declaró ayer de forma contundente Miguel Satrústegui, subsecretario del Ministerio de Cultura, informa "He recibido el informe verbal de Jaime Brihuega tras una inspección meticulosa de todos los cuadros por delante y por detrás", señaló Satrústegui.
Con respecto a las condiciones de humedad en que se encontraban las obras expuestas en el Petit Palais de París, Satrústegui apuntó que el hecho se debía a que los higrómetros estaban desajustados, ya que medían la humedad según parámetros comunes en París, no coincidentes con los que se siguen en España.
Eduardo Porta, profesor de conservación de la universidad de Barcelona, se mostró extrañado de que en un solo día "hubieran podido analizarse a conciencia más de 100 cuadros. O el análisis ha sido superficial, o es imposible analizar las más de 150 obras en un solo día, ni siquera trabajando 24 horas. Además, no creo que los ocho expertos enviados por el ministerio fueran todos restauradores".
Porta declara que sólo había dos higrámetros en todas las salas y que ofrecían un índice de humedad (75%) muy por encima del adecuado, y añade que los efectos de la humedad sobre los lienzos son como las radiaciones sobre la piel: el cáncer aparece después de unos años. "Lo que nadie ha desmentido es que las condiciones en que las obras estaban expuestas no eran las idóneas", añade.
Invitados contra visitantes
L. B. ,Los primeros problemas en las cuatro exposiciones de pintura española en París, reunidas bajo el epígrafe Cinco siglos de arte español. surgieron en el montaje de las muestras, cuando los dos museos municipales donde se han instalado estaban todavía en obras de remodelación. En el Museo de Arte Moderno, una tela de Tápies tuvo que ser retirada después de sufrir los efectos de una gotera, y en alguna otra obra se produjeron rayaduras.
La inauguración de las exposiciones, con asistencia de la Reina de España y del primer ministro y alcalde de París, Jaeques Chirac, se produjo después de unos días de enorme nerviosismo y de pequeños roces entre los dos equipos de técnicos -españoles y franceses-, principalmente en razón de las condiciones técnicas y de los límites impuestos por los dos museos parisienses, nada habituados a recibir exposiciones de esta envergadura.
Los tumultuosos actos de inauguración fueron una auténtica prueba de fuego para la integridad de las telas, ante las que desfilaron tropeles de invitados, zarandeados por los servicios de seguridad de los museos y de las autoridades.
Al día siguiente, superado ya el difícil parto, las exposiciones empezaron a rodar con la mejor reacción del público francés, que las ha visitado masivamente.
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