Antoni Miro: "España debe aspirar a vestir al mundo"

El diseñador de moda catalán Antoni Miró, de 40 años, resultó ganador la pasada semana del Premio Nacional de Moda Cristóbal Balenciaga al mejor creador español. Miró, que prefiere la artesanal palabra modisto a la "ampulosa" denominación de creador de moda, explica en una entrevista con este diario que "hay que conseguir que la moda española no sólo vista a España, sino al resto del mundo". El diseñador considera que la actual situación en este campo "permite ver ya un poco de luz, aunque aún estamos lejos de un país como Italia".

En el despacho barcelonés c Antoni Miró, ubicado en un piso sobre su tienda, Groc, reina un cierto desorden. La mesa de trabajo está abarrotada de papele fotos y muestras de tejidos. Decenas de bocetos de trajes cubren un tablero en la pared. Pueden leerse algunas anotaciene! "Tres abrigos, uno clásico, de raros"; "Un traje de noche escotado y negro"; "90, 63, 90".El diseñador viste pantalón d pana marrón claro, sin cinturór camisa azul celeste, pañuelo de cuello azul oscuro, chaqueta gruesa azul marino, zapatos de ante marrones y calcetines grises. Está contento con el preinie que cree que consiste en "unas tijeras de oro, o algo así", y que recogerá en enero, en Madrid.

"La moda es cultura. Es un reflejo de lo que pasa en la sociedad, de lo que va sucediendo; creo que el diseñador, por muy bueno que sea, vaya a cambiar la forma de vestir de la gente", dice Miró. "En todo caso, lo que haces, si eres sincero, es expresar le que sientes, y tu ropa está influida por lo que lees, oyes y miras... y eso sintoniza o no con los deseos de tu época".

"En Francia, en Inglaterra, la moda siempre ha sido muy respetada; nombres como Armani o Christian Dior son muy conocidos en todo el mundo; son personajes que pueden influir en las maneras (los modos) de hoy en día, de la contemporaneidad... y eso va ligado a la cultura".

Miré observa un cambio en el status del modisto ("somos más famosos, y la fama es un valor"), pero no está seguro de hasta qué punto el diseñador de moda es un artista. "La moda no es un esfuerzo individual como puede serlo la pintura, sino que es absolutamente necesario contar con un buen equipo; sin él, el mejor diseñador no sirve de nada".

Está convencido, no obstante, de que "sí hay síntomas de arte en el desfile; se juega con la música, el color, los maniquís-actores y sus gestos". "Luego, a partir de que metes el traje en una percha, la moda ya es negocio".

"Lo de La Moda de España ha sido bastante dirigido", explica Miró, "aunque antes de que la Administración se diera cuenta existían ya unos esfuerzos. Después vino la idea política de apoyar los intangibles, un tema complicado porque nunca el resultado de ese apoyo puede ser tangible". "Puede criticarse la campaña (que, en todo caso, ha sensibilizado notablemente al público), pero no se puede negar que España se ha puesto de moda. Y hay que ser conscientes de que la moda pasa de moda, pero no el negocio, y que éste es un negocio que mueve mucho dinero. Lo que tenemos que conseguir los diseñadores es transformar todo esto en negocio, dar prestigio al made in Spain, que de aquí a 10 años no se compre moda fuera por la etiqueta Miró, sino porque ha sido creada en España, como sucede con Italia. Nosotros, unos pocos, los más conocidos, somos la cabeza de puente de esa operación". "La situación actual es que se ve ya un poco de luz", prosigue Miró, "pero aún no tenemos el prestigio, el reconocimiento; además, ahora que estamos en la CE, la competencia va a ser muy dura; por eso está bien que la moda española forje su propio carácter".

Junto a estas opiniones de índole pragmática, Miró es capaz de expresar reflexiones más abstractas sobre el carácter de los pueblos y su forma de vestir, y, sobre las tendencias de la moda. "El negro sigue de moda; suele estarlo en épocas de crisis, porque permite ir vestido igual desde la mañana hasta la noche sin quedar nunca en rídiculo. Por otro lado, España es un país en el que nunca costará poner de moda el negro, siempre nos hemos identificado con él. En los países meridionales, luminosos, calurosos, el color no es agradecido, éste es bonito cuando la atmósfera es gris, pues si no resulta demasiado estridente".