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Los críticos, ¿nuevos ejecutivos del arte?

Un debate sobre la crítica artística propone replantear su función en nuestra sociedad

¿Se ha convertido el crítico en un organizador, en un promotor, en un ejecutivo del arte, o es un ordenador del presente que plantea las bases para el posterior trabajo del historiador? La evolución que ha sufrido el mundo del arte en las últimas décadas está creando cierto desasosiego, especialmente en tomo al papel del crítico en esta situación. En España el problema está empezando a salir de las conversaciones privadas entre especialistas para convertirse en un cuestionamiento en el que toman la palabra los propios críticos, los artistas, las galerías y la Administración.

Dentro del simposio internacional del arte contemporáneo que se ha venido desarrollando en Sevilla, auspiciado por la Junta de Andalucía y con la coordinación de Juana de Aizpuru, desde el pasado mes de noviembre, tuvo lugar hace unos días una mesa redonda sobre El papel de la crítica, hoy. Los participantes, todos críticos que ejercen en España, se sienten atacados por recientes declaraciones de representantes de la Administración en las que se dice que no existe una crítica de arte en España.La mesa redonda reunió a los críticos de arte Victoria Combalía, José Luis Brea, Ángel González, Juan Manuel Bonet, Rosa Queralt y Kevin Power.

"Creo que en los últimos, años ha existido en España una crítica más combativa, una crítica que rompió con la tradición de la posguerra", afirmó Juan Manuel Bonet. "Se puede situar en un campo de sensibilidad de una tradición que se había perdido en los sesenta. Una crítica ejercida en los estudios, una crítica cómplice del pintor. El crítico en aquella época mantenía un diálogo bastante continuado con el artista en su estudio. Me parece que la situación está más dispersa y hay menos relación entre el crítico y el artista".

Por otra parte, advierto, preocupado, que ese deporte de criticar al crítico está llegando al paroxismo, y queden señaladas ciertas manifestaciones de diversas personas, particularmente en el último número de la revista Sur Exprés, en el que un galerista se queja de que la crítica en España es impresentable y, que cuando le han pedido publicaciones extranjeras que recomiende a algún crítico se ha visto obligado a no dar ningún nombre. Por otra parte, la propia persona que hoy dirige la política de exposiciones del Estado, Carmen Giménez, se queja malamente de la crítica española, porque, según ella, la reacción de la crítica española ante su exposición de París ha sido provinciana. Eso contrasta con la acogida que, según dice, le ha dado a su exposición la crítica extranjera.

"Lo más preocupante es que la persona que tiene en sus manos el cotarro artístico, que decide el destino mismo de muchos artistas, es que esa persona sea la última en indicar lo que la crítica debería decir; me parece preocupante porque me parece una clara señal de dirigismo cultural".

"Comparto amistosamente la excitación de Juan Manuel Bonet", comentó Ángel González, "pero creo que no hay que exagerar al tratar de personas tan modestas que tienen tiendas o administran, personas respetabilísimas, pero muy modestas. Creo que lo que pierde a un crítico de arte es su ambición. Yo quisiera mostrar el brutal contraste entre la ambición desmesurada de un intelectual y la modesta aspiración de un tendero o de un político. Por otra parte, absolutamente incompetentes, como tenderos y como políticos".

"¿Qué es un crítico de arte? La crítica de arte hoy es lo que la crítica de arte viene siendo hace unos siglos. Existe crítica desde que no hay orden. El crítico es aquel que intenta descubrir ese orden o demostrar que no existe orden, que el orden no es posible. Se ha hablado con frecuencia de la oposición entre historia y crítica, oposición innecesaria. La historia siempre viene a ocupar ese lugar que la crítica sugiere".

"El crítico es el que establece unos principios estratégicos para la colocación de un objeto. Lo que pasa es que no es para colocárselo a la señora de Menéndez ni al ministro de Industria, sino para colocarlo en el proyecto intelectual del hombre".

Coherencia

Kevin Power intervino brevemente para hacer una propuesta. "No se ha discutido de manera profunda sobre el arte español. Yo, a diferencia de Ángel González, no quiero imponer un orden, sino mantener una razón dialéctica. Imponer una coherencia es sólo una de las posibilidades de la crítica de arte. No hay un código dominante vigente en el lenguaje de la crítica una nueva aproximación más modesta y una pregunta sobre qué sistema ético se va a utilizar para la crítica de arte", afirmó el ponente.

Victoria Combalía se plantea la pregunta del papel del crítico indagando en su evolución. "La crítica es una disciplina reciente, en tanto que polémica que arranca con Diderot. Quisiera citar la frase de Baudelaire en la que dice que la crítica deber ser siempre 'parcial, política y apasionada'. En ese sentido me interesa la crítica".

"Desde hace ocho a diez años asistimos a otro cambio, el crítico se va convirtiendo en organizador, en una persona que, más que dedicarse a una tarea intelectual, persigue un fin estratégico o práctico, y lo que menos le interesa es la reflexión. Se convierte en un ejecutivo que vende una idea sobre arte como un producto a vender, puede ser un artista, puede ser una exposición, pero en definitiva una idea vista como un producto".

"Estamos viviendo el hecho de que, si en un principio añadíamos una reflexión a un producto que no hablaba en un lenguaje escrito, de repente nuestra tarea se está convirtiendo en una pura legitimación de una política artística, y de que el crítico se está convirtiendo cada vez más en una persona al servicio de instituciones. Desde las oficiales hasta las galerías, museos o simplemente ejecutivos del mundo del arte".

Modelo de resistencia

El crítico y filósofo José Luis Brea hizo una propuesta sobre el debe ser de la crítica de arte. "Yo quiero hablar del debería ser de la crítica de arte desde una esfera ética. La crítica artística debe partir de un análisis de la situación del arte como un reconocimiento de la implantación dentro de los medios de comunicación de masas. Pienso que es un factor determinante que ha contribuído a la trivialización de la recepción de la obra de arte y a la clausura entre los intereses de mercado con. la participación de las industrias culturales Pienso que la crítica de arte debería plantearse algún modelo de resistencia ante esta situación"."Entiendo que hoy hay dos vías básicas para un posible modelo de resistencia a esa clausura actual de la industria cultural. La primera vía pasaría por un intento de restaurar el orden de la recepción aurática de la obra de arte. El modelo aurático es el que la reproducción mecánica ha despojado de su halo", dijo Brea. "La segunda posición de resistencia mantiene una actitud matizada de acuerdo a la situación actual, destinada a una restauración de la experiencia estética como experiencia ritual".

"Lo que el sistema del arte vive es un modelo trivializado y plano en el que la recepción de los objetos es claramente interesada y dominada de una manera cerrada por la industria cultural y no da lugar a que haya una recepción intensa ni tampoco una recepción capaz de ilusionarse con algún tipo de proyecto. Sólo sería posible así la crítica en la medida que el artista quiera ser crítico, resistente contra el modelo impuesto por la industria cultural. Un intento de que la obra de arte signifique y que no persista esta clausura entre el mercado cultural y los medios".

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