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LA PAZ CENTROAMERICANA

"Dejad a América Central decidir su propio futuro", pide Arias al recibir el Nobel

"Dejad a América Central decidir el futuro de América Central", pidió ayer, en un emocionado discurso, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, al aceptar ante el rey Olaf de Noruega el Premio Nobel de la Paz. Arias, uno de los más jóvenes ganadores del codiciado galardón otorgado por la Academia Sueca, defendió con ardor la capacidad de la región centroamericana para resolver por sí sola sus propios problemas y urgió a las superpotencias a suspender sus intervenciones en los diversos conflictos de la zona.Quizá por el clima internacional, menos tenso y más esperanzador que se respira estos días la ceremonia de entrega del premio, realizada en el salón principal de k- universidad de Oslo, cobró mayor sentido y realce. Enmarcada en una Semana por la Paz organizada por la asociación que reúne a noruegos y a todos los grpos latinoamericanos en este país, la entrega del premio culminó una serie de actos, seminarios y conciertos vinculados a Latinoamierica, especialmente a la región centroamericana.

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El presidente y su hijo

El presidente del comité del Parlamento noruego que, por decisión del difunto Alfred Nobel, discierne el premio, Egil Aarvik, fundamentó las razones de la elección. "Es, ante todo, un homenaje y un agradecimiento", dijo, "a la persona de Oscar Arias Sánchez por el excelente trabajo realizado para crear una paz duradera en Centroamérica Pero debe entenderse también", agregó, "como un reconocimiento a lo que han aportado los otros cuatro jefes de Estado [firmantes del acuerdo Esquipulas 2] para que el plan pudiese llegar a ser aprobado".

Aarvik, quizá con más énfasis que el propio galardonado, aludió a la verdadera índole de los problemas centroamericanos. Destacó dos aspectos que considera esenciales del plan de paz En primer lugar, el hecho de que haya sido elaborado y firmado por los protagonistas directamente involucrados en los conflictos, sin injerencias ajenas, y la creencia de que dichos conflictos tienen su origen en las grandes diferencias sociales y económicas imperantes hasta hoy en Centroamérica.

El discurso de aceptación y agradecimiento de Arias, aunque eludió entrar en el fondo de los problemas, reafirmó su convicción de que los conflictos de la región son una parte de la confrontación Este-Oeste. Destacó su creencia en que la paz y la democracia son conceptos indivisibles y pidió a las superpotencias que suspendan sus apoyos a los bandos en pugna y apoyen, en cambio, los esfuerzos por la paz.

"Permítasenos a nosotros la interpretación e implementación de nuestra. paz", dijo Arias, y, en una referencia al armamentismo de Estados Unidos y la Unión Soviética, afirmó: "Si no pueden refrenar sus impulsos de amontonar armas de guerra, entonces, en nombre de Dios, al menos déjennos en paz".

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En contactos anteriores a la ceremonia mantenidos con los periodistas, Arias ha dejado traslucir una actitud crítica hacia Nicaragua, al omitir poner énfasis en los esfuerzos hechos por este país a favor del plan y remarcando, por otra parte, las restricciones impuestas por el Gobierno sandinista a algunas libertades en el país.

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