Del robot a Frankenstein
El discreto estreno de Amiga mortal pone de manifiesto una de las tendencias actuales del cine: la mezcla de tonos y géneros. Sobre una novela de Diana Henstell, Friend, el guión parte de una idea típica de la cinematografía estadounidense, la chica de al lado, para adentrarse en el resbaloso mundo del cine fantástico.Comenzando como una comedia de adolescentes, con la inclusión de un simpático robot doméstico, el filme avanza por los senderos terroríficos, con la inclusión del amor necrofilico y la ficción científica. Para captar y mantener el interés del espectador en esta producción de presupuesto limitado, la cámara se aproxima a la acción, convirtiendo la pantalla en una ventana cercana por la que el espectador observa con atención, esperando, con la complicidad de la banda sonora, que se vayan produciendo los acontecimientos extraordinarios en el entorno cotidiano de los protagonistas.
Amiga mortal
Dirección: Wes Craven. Guión: Brupe Joel Rubin. Fotografía: Phillip Lathrop. Música: Charles Bernstein. Producción: Robert M. Shernían. USA, 1986. Intérpretes: Matthew Laborteaux, Kristy Swanson, Michel Sharret y Anne Twomey. Estreno en Madrid: Palacio de la Prensa, Bilbao y Velázquez.
El acierto parcial de la curva de interés en la realización y la espera del desenlace se vienen abajo en un final que se insinúa abierto, para, inmediatamente, mostrarse cerrado y poco convincente, desvirtuando el tono prometedor del principio, que no termina de levantar el vuelo pues los elementos argumentales funcionan por separado, sin conseguir combinarse en la proporción adecuada para lograr emoción.