_
_
_
_

La artritis reumatoide tendrá curacion antes del año 2000

El farmacólogo británico Stewart Adams, padre de los propiónicos-antiintlinflamatorios y antirreumáticos no esteroides, de enorme importancia clínica-, llegó el sábado a Madrid. Este experto vaticinó que la farmacología dará un gran paso en la próxima década para curar la artritis reumatoide, la más importante de las enfermedades reumáticas y contra la que no hay aún drogas eficaces.

La visita de Adams, que será recitido en audiencia por el Rey en el palacio de la Zarzuela el próximo lunes, tiene como fin la preparación de un ciclo de conferencias, que se llevarán a cabo en varias ciudades españolas durante un mes de enero, cuyo eje será la relación entre la toxicidad, los efectos secundarios y la vida media -tiempo de permanencia en la circulación sanguínea- de estos, medicamentos, asunto al cual Adams dedica actualmente sus esfierzos."No hay nada nuevo en relación con las drogas antiinflamatorias, ya que las desarrolladas durante los últimos años no son superiores a las que se conocía 1", afirma, añadiendo que, sin embargo, respecto a la artritis reumatoide -la más importante de las enfermedades reumáticas y contra la cual todavía no hay fármacos realmente eficaces- tiene la esperanza de que se dará un paso importante en la próxima década. Stewart Adams fundamenta su optimismo en los avances en el conocimiento del preceso de la mencionada enfermedad, de cuyos mecanismos se sabía muy poco.

El científico británico es famoso por el descubrimiento y desarollo de los propiónicos, grupo dentro del cual se le deben dos fármacos.

El primero de ellos, conocido conio Ubuprofen, forma parte de los 200 medicamentos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera esenciales.

El Ubuprofen comenzó a comercializarse en 1969, y en 1977 salió a la venta un derivado de mayor potencial antiinflamatorio. "Tardé 16 años en llegar a la primera droga, y 24 en la segunda", indica Adams, destacando su especial preocupación por los problemas de seguridad.

En este sentido, criticó la tendencia a utilizar fármacos que se mantienen de 10 a 50 horas en la sangre, destacando que los que él ha desarrollado son de vida media corta, inferior a cuatro horas. "La corta duración permite una mayor tolerancia, ya que los efectos secundarios aumentan con la vida media del fármaco". Este problema crece en las personas de edad avanzada, en las cuales el medicamento tiende a tener una vida media aún más prolongada.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_