Un semiólogo norteamericano crea un código descifrable para los próximos 10.000 años
El semiólogo norteamericano Thomas A. Sebeok ha concluido un estudio, por encargo de la Administración norteamericana, para elaborar un código que sea descifrable en los próximos 10.000 años. La exigencia de esta perennidad se debe a que el código debe servir como aviso de la existencia de un depósito de material nuclear. "El Congreso ya ha aprobado mi proyecto de señalización pero no se ha aplicado porque no está decidido dónde se ubicará el depósito".La propuesta parte de la idea de un código que pueda ser descifrable a pesar de que los sistemas de signos cambian y pueden, incluso, desaparecer. Su solución se basa "en un código muy redundante", que insiste en el mensaje de tal manera que pueda entenderse un detalle aunque otro resulte misterioso y "en un sistema muy relacionado de señales que permitan renovar el mensaje". Sebeok inauguró ayer los cursos de doctorado en la Facultad de Ciencias de la Información de Bellaterra.
De este autor se acaba de publicar en España (Paidos) un ensayo de 1980 en el que compara los métodos de investigación del detective creado por Arthur Conan Doyle (Sherlock Holmes), y del investigador Charles Sanders Peirce. Para Sebeok, Holmes supone la reivindicación de la conjetura a pesar de que los datos observables parezcan desmentir inicialmente la hipótesis suscitada intuitivamente.
Holmes hacía notar a Watson lo peligroso que es razonar con datos insuficientes, pero también destacaba que el razonamiento correcto choca con el obstáculo de los prejuicios, de las hipótesis que nos resistimos a someter a la prueba de la inducción. Sebeok comentó a esté diario que el interés por Sherlock Holmes responde a que se trata del personaje de estas características más conocido y que, a lo largo de las dístintas narraciones, teoriza más reiteradamente su práctica indagatoria. "Con todo", explicó Sebeok, "podría haber hablado de Dupin (el personaje de Edgar Allan Poe), de Nero Wolfe o de las criaturas de Agatha Christie".
La novela de misterio del XIX aparece en plena evolución industrial y, por tanto, no es extraña esa pasión científica de sus protagonistas. "La intuición es un hecho biológico normal que corresponde a la realidad" y, por tanto, no es desechable como conductor hacia hipótesis científicas rentables, comentó el profesor norteamericano.
Pasión científica
Los intereses científicos de Sebeok son plurales y su último libro es un estudio de la comunicación monacal en aquellas órdenes que, como los trapenses, tienen prohibido hablar. Para Sebeok, analizar su sistema de comunicación es interesante porque utilizan códigos verbales que, sin erribargo, no transmiten vocálicamente sino a través de otros sisten.las de signos. La prohibición de hablar que asumen algunas órdenes monacales tiene que ver, según el semiólogo, con el castigo de la carne -y la voz es un producto de esa carne- en beneficio de un camino de espiritualidad. No obstante, según Sebeok, se trata de un tema discutible teológicamente ya que los libros sagrados hablan de Dios asociándolo en su inicio al verbo. Según explicó Sebeok, su estudio no pretende aclarar estos conceptos sino hacer un análisis de los sistemas de comunicación monásticos.
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