El Gobierno ve "con buenos ojos" el intento de compra

El portavoz del Gobierno y ministro de Cultura, Javier Solana, declaró ayer que "el Gobierno ha conocido todo el proceso" para la fusión del Banco de Bilbao y del Banco Español de Crédito (Banesto), integración que el Gobierno "ve con buenos ojos", según dijo, porque desde su punto de vista es "bueno que haya empresas con la suficiente entidad para competir con la banca europea". Solana señaló que con la fusión de las dos entidades financieras "España podrá tener un banco entre los veinte primeros del ranking europeo y entre los 40 primeros de la banca internacional".Ante, las insinuaciones sobre un "intervencionismo" de la Administración en el proceso de fusión del Bilbao y el Banesto, el portavoz del Gobierno se remitió al carácter de empresas privadas de ambas sociedades para sostener que tal intervención no ha podido ser sino "bastante escasa".

El papel jugado por el Gobierno en el proceso ahora iniciado ha sido el de hacer suyos los planteamientos de quienes abogaban por la necesidad de ir hacia una banca más fuerte y concentrada facilitando el camino de quienes quisieran ser los primeros en intentarlo.

La operación en si misma, y su diseño concreto, han sido los dos secretos mejor guardados por la Administración, como señalaba un alto cargo cuyas posiciones críticas ante lo que considera "continuas filtraciones" son muy conocidas.

Evitar filtraciones

"Es una de las pocas veces, señalaba este alto cargo, que no se ha filtrado algo que era de vital importancia que no se supiera hasta que llegara el momento oportuno". Para este alto cargo el silencio era completamente necesario.Silencio e ignorancia que se extendió a los ministros de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos y todos los altos cargos no relacionados con la operación.

El presidente del Gobierno, Felipe González, el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, los secretarios de Estado de Economía y de Hacienda, Guillermo de la Dehesa y José Borrell, y el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, eran quienes debían saberlo y así se cumplió.

El apoyo político de la Administración a la oferta realizada por el Banco de Bilbao no dejará de pesar en el ánimo de quienes tienenque decidir al final si aceptan poner en marcha el proceso de forma voluntaria o deben enfrentarse a él.