El consejo de Banesto muestra reticencias a la oferta de fusión con el Banco de Bilbao
El Banco Español de Crédito manifestó ayer reservas formales ante la petición del Banco de Bilbao de iniciar conversaciones con el objetivo de Iograr la creación de un gran banco nacional que sea capaz de competir a nivel internacional en 1992. El Bilbao, por su parte, no contestó a esas reservas, aunque mantiene sus posiciones de llegar a la fusión. El Gobierno, según su portavoz, Javier Solana, conocía el proceso de fusión de los deis bancos y la ve con buenos ojos. En medios cercanos al Banco de España se señala que, ante operaciones de este tipo, "deben primar los intereses de los accionistas por encima de los personales", mientras que los sindicatos han reaccionado pidiendo garantías en el mantenimiento, del empleo, al margen de las consideraciones políticas que puedan hacerse y que no son demasiado positivas.El Consejo de Administración de Banesto, tras una reunión extraordinaria celebrada ayer, emitió un comunicado en el que dio cuenta de los contactos que el vicepresidente y consejero delegado de esta entidad, José María López de Letona, y los nuevos consejeros, Mario Conde y Juan Abello, han mantenido con el presidente del Banco de Bilbao, José Ángel Sánchez Asiaín, en los que se discutió el proyecto de fusión de ambas entidades a propuesta de la última.Banesto señaló que "declina cualquier responsabilidad que pudiera derivarse de las actuaciones unilaterales adoptadas por el Banco de Bilbao", al tiempo que manifestaba que estudiará con el máximo interes cualquier proyecto o iniciativa, que pueda ser beneficiosa para sus accionistas".
El comunicado de Banesto, aunque formalmente no rechaza la oferta de iniciar conversaciones con cualquier otra entidad, en la práctica parece que trata de poner un freno a un proceso que, desde su interior, se percibe como un intento de acabar con esta entidad como un banco independiente. Una actitud de dura crítica "más en cuanto a la forma que en cuanto al fondo", según un destacado consejero de Banesto, es el sentimiento generalizado que comparten los miembros del consejo. Esta actitud parece ser el anuncio de una cierta resistencia, al menos ante el primer embate, que permita negociar después con más calma.
A la espera
El Banco de Bilbao, por su parte, no emitió ningún tipo de opinión oficial sobre la respuesta del Banesto, aunque medios cercanos a la entidad reiteraron su deseo de llegar a soluciones amistosas, señalando al tiempo su intención de tratar de llegar hasta la culminación de la operación diseñada desde hace tiempo y que fue dada a conocer hace algunas semanas a las autoridades económicas. El estudio previo a partir del que el Bilbao se decidió a iniciar el proceso de fusión fue realizado por Salomon Brothers. Thomas Enders, ex embajador de Estados Unidos en España y en la actualidad alto directivo de esta sociedad, estaba ayer en Madrid.
En medios financieros se señalaba, aparte de la importancia de la operación, en la tremenda dificultad personal que podría acarrear un proceso en el que, a lo largo de un cierto periodo de tiempo, deben producirse relevos y apartamientos de áreas de poder.
Fuentes vinculadas a consejeros equidistantes entre el vicepresidente de la entidad, José María López de Letona, y el presidente, Pablo Garnica -quien encabeza el grupo de las familias tradicionales, en quienes se han apoyado los nuevos consejeros Mario Conde y Juan Abelló- aseguraron ayer que "la sorpresa ha sido general por el procedimiento empleado", y que, a diferencia de lo que se ha afirmado, los contactos previos no han sido amplios, sino que "se han reducido al diktat del jueves".
Tomados por sorpresa, los consejeros de Banesto -que aún debían culminar su pacificación, y establecer el nuevo marco de relación de fuerzas -han tenido, según se deduce de esta versión, una reacción instintiva de cerrar filas, al menos para analizar con tiempo y calma la propuesta. En esta ocasión, subrayaron las citadas fuentes, "la unanimidad ha sido absoluta, no como en otras ocasiones en que el comunicado final se acordó que fuese por unanimidad, aunque hubiesen planteamientos iniciales y matices diversos". "No ha habido votos particulares", indicaron, "por lo que podríamos decir que esta vez se ha firmado en el consejo una verdadera Paz de los Pirineos".
La posibilidad de que un grupo de consejeros sindicase las acciones que controlan directa o indirectamente fue en principio desestimada, debido a la complejidad de estas operaciones, por algunos notables del banco, aunque se estudió en la larga noche del jueves. Éstos, sin embargo, aseguraron que "a buen seguro podríamos llegar, de proponérnoslo, a sindicar hasta un 40%, del capital" de Banesto. Este porcentaje parece elevado, habida cuenta de las tensiones; que surgieron cuando los nuevos consejeros de la entidad anunciaron que tenían un 5% del capital y que ello daba unos derechos políticos superiores a esa cifra.
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