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El nuevo presidente de Túnez estudia conceder una amnistía política en busca del consenso

El nuevo presidente de Túnez, general Zine el Abidin Ben Alí, estudia la posibilidad de conceder una amnistía política con el fin de "recuperar el consenso nacional y sentar las bases para una verdadera democracia en concordia", informó ayer a este periódico una fuente oficial tunecina. La amnistía, que inicialmente se pretende se conceda "caso a caso", permitirá la vuelta de los exiliados, entre ellos varios exministros, si bien se desconoce si alcanzará a los integristas pertenecientes al clandestino Movimiento de la Tendencia Islámica (MTI), que en un alto porcentaje sufre actualmente prisión.

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Hedi Bacuch, el nuevo primer ministro nombrado por el general Ben Alí, confirmó en una entrevista radiada, esa posibilidad, aunque no citó los nombres de las personas que presumiblemente! se verán favorecidas por estas medidas de gracia.En medios políticos se da ya por seguro la vuelta a Túnez de varios ex ministros purgados y perseguidos por el depuesto Habib Barguiba, entre ellos Mahmud Masmudi, que dirigió la cartera de Asuntos Exteriores, y Dris Guiga, el responsable de Interior que fue relevado de sus funciones tras la sangrienta revuelta del pan de enero de 1984, en los que perdieron la vida 94 personas. Los dos políticos tunecinos residen en París.

También se especula con el retorno en breve del ex primer ministro Mohamed Mzali, durante seis años delfín de Burguiba, que tuvo que huir del país el pasado año disfrazado y contra el que dictó recientemente el depuesto presidente, con la colaboración de las autoridades judiciales, una petición de extradición a Suiza, donde residía.

Mzali, cuyo nombre fue vapuleado y ofendido hasta convertirlo en el de un bandido, fue rehabilitado ayer por los periódicos oficiales tunecinos, que se hicieron eco de una declaración suya desde el extranjero mediante la que califica a Ben Alí como un hombre "valiente, íntegro y de espíritu abierto".

Mzcali se une también a las constantes peticiones de amnistía general que están viniendo desde el exterior y que ayer reclamaban todos los partidos de la oposición democrática.

Precisamente éstos, a excepción del MTI, ocupan -por primera vez en la historia de Túnez-, lugares de honor en los periódicos, que reproducían íntegramente sus reacciones.

La oposición, desde los socialdemócratas moderados de Ahmed Mestiri hasta los naseristas de la Asamblea Socialista Progresista de Najib Chabbi, se muestran confiados en que la proclama democrática difundida por Ben Alí el sábado se convierta en realidad y proponen, como paso básico para la reconciliación nacional, la reiterada amnistía política.

El Movimiento de la Tendencia Islámica, cuyo líder, Rachid Ganuchi, se encuentra condenado a perpetuidad a trabajos forzados, difundió también un comunicado, aunque desde fuera del país, en el que advierte que la deposición del anciano Habib Burguiba es una medida "positiva e histórica".

"Una nueva era"

Todo este rosario de opiniones favorables hacia el nuevo presidente y la etapa que va a emprender -"una era nueva", según el titular de primera página que publicaba ayer el diario gubernamental La Presse- ha creado una esperanza generalizada en la población, avalada por unas primeras manifestaciones del jefe del Gobierno, Hedi Bacuch, en las que se asegura que la proclama democrática de Ben Alí es "un auténtico programa de gobierno".Ben Alí, recién comunicada la deposición de Burguiba, anunció una reforma constitucional, la elaboración de una ley de Prensa y otra de partidos, y el fin de los mecanismos automáticos de sucesión presidencial y del carácter vitalicio conferido al cargo de jefe del Estado.

El Gobierno francés, que ha seguido muy de cerca la evolución de los acontecimientos en Túnez y que se supone fue informado inmediatamente, ha sugerido "un retiro digno" para Burguiba.

El depuesto mandatario se encontraba ayer en el palacio presidencial de Cartago (a 15 kilómetros de Túnez), rodeado de sus médicos, personal de servicio y familiares próximos, entre ellos su sobrina Saida Sassi, fiel compañera en los dos últimos años, aunque en la soledad política más absoluta.

[Una fuente oficial declaró anoche que había sido levantado el estado de residencia vigilada sobre el hijo mayor de Burguiba, que ocupó varios cargos gubernamentales durante el mandato de su padre, informa Reuter.]

Reclusión

El general Ben Alí tiene previsto recluir a Burguiba, siguiendo las recomendaciones del exterior y en reconocimiento a su pasado, en una residencia en las proximidades de Sfax (a 170 kilómetros al sur de Túnez), donde se pretende -dada su edad avanzada- no alterar sus costumbres domésticas. Burguiba oficialmente será considerado simplemente como "el líder de la independencia".Ben Alí se reunió anoche con sus más íntimos colaboradores en la sede del Ministerio del Interior, en donde ha montado su cuartel general en las últimas 48 horas y a cuyas puertas, en pleno centro de la ciudad, se producen continuamente concentraciones de apoyo.

En la calle hay absoluta calma; la población ha aceptado de forma generalizada el relevo como un asunto "imprescindible, legal y constitucional" y las únicas manifestaciones de masas que se están produciendo -varias a lo largo del país- lo son en favor del nuevo presidente.

Casi todos los jefes de Estado del mundo han felicitado, con mensajes personales a Ben Alí, como es el caso del presidente francés, François Mitterrand, quien, tras saludar su llegada al poder, le expresa sus deseos de que la nueva etapa que comienza "contribuya a reforzar los lazos que unen armoniosamente a Túnez y a Francia por el bien de ambos países".

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