Guitarras para no dormir
Los grupos suecos surgidos esta década tienen una curiosa aceptación en ciertos círculos de audición españoles. The Sinners, que ya actuaron aquí hace poco menos de un año; Watermelon Men o The Nomads han entrado con sus discos en nuestro mercado por la vía de la importación con la intensidad suficiente como para llenar algún recinto rockero.The Nomads, un quinteto de jóvenes nada convencionales, enmelenados y decididos, defienden con su actitud la necesidad de rock and roll sin ataduras, primitivo y salvaje como en sus albores, y parecen luchar porque no se adormezca.
Tocan con nervio, a lo bestia, sus guitarras siempre protagonistas con influencia clara de aquel rock libre y rebelde de la escena británica de los sesenta.
The Nomads
(83 minutos). Nick Vahlberg, voz principal y guitarra; Hans Ostlund, voz y primera guitarra; Frank Minarik, órgano y percusión; Joakim Tärnström, bajo, y Ed Johnsson, batería. Sala Universal, Madrid. 5 de noviembre.
Lo que importa de The Nomads es su postura artística, ese desgaste enérgico que prueban en las fases sin voz, común denominador de todo el repertorio, en el que no siempre las canciones son acertadas. Es su actitud vital más que musical -¿qué es el rock sino un comportamiento?-, sus modos animales, cuanto menos racionales mejor, los que afectan directamente al degustador de sus decibelios a toda pastilla. Tienen pocas ideas musicales, quizá porque no desean poseerlas, sino desarrollarlas en libre albedrío, según las impresiones que aprendieron de sus padres rockeros -The Kinks, por ejemplo-, y porque no hay premeditación en su actuación. Ni siquiera meditación.
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