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Un diario francés implica a la empresa Santa Bárbara en la venta de armas a Irán

Lluís Bassets

La Empresa Nacional Santa Bárbara aparece implicada en la venta ilegal de armas europeas a Irán, según la documentación publicada ayer por el diario francés La Presse de La Manche, de Cherburgo. Este periódico ha ido desgranando informaciones sobre seis transportes ilegales de armas por vía marítima, desde febrero de 1986, en los que se utiliza un procedimiento similar al de las ventas de la sociedad francesa Luchaire a Irán. En síntesis, el vendedor utiliza un falso pedido de un país autorizado a realizar las compras, para conseguir los pertinentes permisos de la Administración.

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La operación en la que el diario implica a Santa Bárbara comporta la venta de más de 220.000 detonadores de obús a Irán. Un portavoz de la firma española declaró ayer a EL PAIS que Santa Bárbara "no tiene nada que ver con la operación". Explicó que la compañía solicitó una licencia de importación para adquirir de la firma belga Gechem un pedido de detonantes para su exportación a Grecia a través de la sueca Scandinavian Commodities y que desconocía la razón de su posterior desvío a Irán.Según La Presse, la operación fue efectuadas en diciembre de 1986, con el gobierno conservador francés en el poder, en el momento en que un informe del inspector general del Ejército compromete seriamente a ministros y altos cargos socialistas en la venta ilegal de armas a Teherán. El cargamento vendido a Irán fue transportado por el barco Age, de bandera chipriota, y llegó el pasado 15 de diciembre a Santander, su destino teórico, y prosiguió una larga ruta días después cuyo destino final fue un puerto iraní.

El fabricante del material bélico es belga, pero el vendedor es un hombre de negocios sueco, K.E.Smitz, que según el diario aparece en multitud de ventas ilegales de armas y está siendo investigado por las autoridades de su país.

En dos de los documentos reproducidos consta el nombre de la empresa Santa Bárbara, como destinataria de la partida de material bélico. Se trata del albarán, redactado en inglés, donde se consigna el peso (más de 32 toneladas), el número de cajas y el tipo de material, primers (detonantes en inglés). Un bono de transporte, aparentemente sellado por las aduanas belgas, autoriza en lengua flamenca la realización de la operación hacia España. Un tercer documento es el permiso de exportación belga, redactado en francés, y en el que consta España, sin más, como destinatario. En él aparece una claúsula especial que dice: "La validez del presente permiso queda suspendida en el caso en que el país destinatario se halle implicado en un conflicto internacional o interno".

La documentación manejada por La Presse permite pensar que, en cualquiera de los casos, la empresa española ha sido utilizado por un negociante de armas como falso cliente. El problema es saber si esta utilización se ha producido sin ningún tipo de autorización por parte española, si las autoridades españolas conocían la operación y la autorizaron o si ha habido un exceso de iniciativa por parte de alguno de sus empleados.

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El buque chipriota Age entró en el puerto de Santander, procedente de Cherburgo, el 15 de diciembre de 1986 en tránsito y transportando material Inco (carga peligrosa, según la nomenclatura técnica) sin que posteriormente se hiciera constar por los periódicos la fecha de su salida, informa desde la capital cántabra Jesús Delgado.

A finales de febrero último una noticia de la agencia Efe fechada en Washington aseguró que aunque España, oficialmente, decía no vender armas a Irán, por lo menos 12 barcos habían zarpado de Santander con explosivos y armas durante 1986 rumbo a Argelia, Argentina y Grecia, aunque su destino real había sido Irán.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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