Los españoles opinan que la enseñanza sigue siendo cara

La opinión sobre el estado de nuestras escuelas y el coste de la educación no es particularmente positiva, aunque la inmensa mayoría de la gente cree que en los últimos años se ha registrado una mejoría. Sólo uno de cada tres españoles piensa que la enseñanza es buena, y la mayoría cree que en el resto de Europa es mejor que aquí (47%). Para un sector aún más amplio (62%), la educación resulta cara. Este último porcentaje es inferior, el 54%, entre las personas que tienen hijos en edad escolar. No obstante, la mayoría de los padres se consideran más bien satisfechos de la educación que reciben sus hijos, aunque la proporción de muy satisfechos se ha reducido en un 50% en los últimos años.La opinión sobre la calidad de la enseñanza de los centros públicos y privados no ha cambiado en los últimos años si se compara el sector público con el sector privado de la enseñanza. La opinión mejora para ambos en un 14%-16%, manteniendo su tradicional ventaja relativa el sector privado. Si la comparación se hace por tipo de centros, el cambio más positivo lo registra el sector privado no religioso, seguido de los centros públicos, y sin que se registre variación respecto de los centros religiosos.

No obstante, el mayor problema político del área educativa reside en el grado de frustración existente en torno a la educación superior y las salidas profesionales de la misma. La comparación de los indicadores respectivos a lo largo del tiempo, el trasfondo de la conflictividad estudiantil reciente y el temor de que los conflictos vuelvan a estallar son suficientemente ilustrativos de esta compleja problemática.

Conviene resaltar resaltar que la expectativa de que los hijos alcancen un nivel universitario (38%) se acerca bastante a la tasa real (en torno al 30%), y que dicha tasa sitúa a España en un nivel medio-alto, con casi un millón de universitarios, por delante de muchos países de Europa, aunque por detrás de países como Alemania Federal.

Afición a la lectura

Por otra parte, uno de cada cinco jóvenes dice que le gusta leer. Esa misma respuesta la da uno de cada cuatro adultos. De la encuesta se desprende también que el sector de nuestra población más lector es el de las personas de 23 a 25 años. Antes de esa edad y después de ella, el gusto por la lectura, y la práctica de la misma, decrece apreciablemente. El 40% de estos sectores de la población estaba leyendo algún libro cuando fue entrevistado.

En opinión de los encuestadores, el impacto de los medios audio-visuales e informáticos en los jóvenes de 15 a 24 años y la deficiente escolarización en las generaciones que superan ahora los 60 años, ha obrado efectos similares.