Oro procedente del 'robo del siglo' fue vendido en España, según Scotland Yard
Una importante parte del botín del robo del siglo -tres toneladas de oro robadas a la compañía de seguridad Brinks Mat en el aeropuerto de Heathrow (Londres) en 1983, y valoradas en más de 6.000 millones de pesetas- fue vendida en España, según las investigaciones de Scotland Yard. Los dos supuestos cerebros del golpe, considerado el más importante y espectacular de la historia, John Palmer y John Robert Fleming, expulsados de España, resultaron absueltos recientemente por los jueces británicos. Esto ha provocado malestar en la policía española, que se ha sentido presionada por Scotland Yard para investigar y expulsar a los supuestos implicados, posteriormente absueltos.
Las investigaciones policiales británicas aseguran que una parte importante del oro robado en la compañía Brinks Mat fue trasladada a España por diversos medios, entre ellos una ambulancia perfectamente diseñada que encubría una parte del botín.En unas recientes vistas judiciales celebradas en Londres sobre el caso, Scotland Yard informó a los jueces británicos que Kennett Noye, condenado por el robo, estaba en contacto con el ciudadano español Lorenzo Ferreiro, ambos supuestamente dedicados al contrabando de metales preciosos. De las investigaciones se desprende que Noye y Ferreiro vendieron en España parte del oro robado en el aeropuerto londinense.
Siempre según las pesquisas policiales británicas, Lorenzo Ferreiro, al parecer residente en Barcelona, ha mantenido relaciones comerciales con Ruanda. Estas fuentes añaden que Kennett Noye, supuestamente relacionado con el contrabando de oro, fue utilizado al igual que el ciudadano español para vender parte del botín robado en Londres.
Sin embargo, los jueces británicos no han enviado ninguna comisión rogatoria a sus colegas españoles para investigar esta supuesta relación del ciudadano español en la venta del oro. Este último dato ha sido también confirmado por los grupos policiales españoles que investigaron la estancia en nuestro país de los supuestos miembros de la banda.
Noye ha sido condenado en Gran Bretaña por su participación en el robo de Londres, mientras la justicia británica investiga la presunta participación del ciudadano español en la introducción y venta en España del oro.
Las autoridades judiciales británicas han condenado hasta el momento por el robo al Brinks Mat a Anthony Black, guarda jurado de la compañía de seguridad situada en el aeropuerto de Londres; a Briam Robinson, quien vivía con la hermana de aquél; a Kennet Noye, Briam Reeder y Garth Chapell, éste último director de una compañía de venta de oro, quien aparentemente también participó en la venta del oro robado en Heathrow.
Garth Chapell fue anteriormente directivo de una empresa de John Palmer. Estos condenados deberán cumplir penas que oscilan entre los 12 y los 15 años.
Expulsados de España
John Palmer y John Robert Fleming, perseguidos durante su estancia en España por la policía británica e investigados por la española, fueron expulsados de nuestro país en 1986, a pesar de que el primero obtuvo la permanencia en Tenerife del 16 de abril de 1985 hasta el 15 de julio de ese mismo año.El caso de Fleming y el de Palmer ha provocado serio malestar en los responsables policiales españoles que aceleraron su expulsión basándose en las fundadas acusaciones de Scotland Yard. Aunque oficialmente se tramitaban por cuestiones burocráticas relacionadas con sus permisos de residencia, llevaban ya largo tiempo en nuestro país, habían comprado chalés y viviendas y habían invertido dinero en diferentes sociedades.
Fleming estuvo encarcelado en la prisión de Gerona en 1970, donde cumplía condena por tráfico de dólares falsos y conoció a John Palmer en la cárcel catalana. Desde esas fechas su amistad personal y profesional continúa. Según su socio, Fleming recibía dinero de trasferencias legales bancarias. Un informe de la policía española establece que Fleming fue condenado en España a 12 años y tres millones de multa por tráfico de dólares falsos. Su pena fue indultada en 1975.
Los jueces británicos, por su parte, han ordenado que ambos sean indemnizados por los perjuicios causados durante las investigaciones policiales.
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