Los héroes anónimos
Detrás de cada jugador trabaja de forma incesante un equipo de analistas
El equipo de analistas que tiene cada jugador desempeña un papel importante, aunque su labor esté poco reconocida. Kasparov cifró en un 10% la influencia de sus ayudantes en cada éxito o en cada fracaso, pero muchos observadores consideran que esta valoración es injusta. Ciertamente, son Kasparov y Karpov los que ganan o pierden las partidas, pero, en un momento clave, una nueva idea en la apertura hallada por los analistas puede sorprender al contrincante de tal manera que su moral se vea irreversiblemente dañada. En ciertas partidas, los analistas son decisivos.
En realidad, el trabajo de los analistas comienza muchos meses antes del mundial, cuando recolectan, clasifican y reproducen miles de partidas, jugadas en torneos magistrales de los cinco continentes. Tras una minuciosa selección, entregan al jugador aquellas que a su juicio aporten alguna idea interesante. A su vez, éste hace una segunda criba y escoge las que entiende que puedan ser de utilidad inmediata en el próximo encuentro.Paralelamente, el equipo reúne y analiza en profundidad todas las partidas jugadas por el futuro rival en los últimos meses. Todo estará listo entonces para confeccionar el repertorio de aperturas a utilizar durante el encuentro. El jugador debe elegir aquellas que mejor concuerden con su estilo, pero también las que más puedan molestar o sorprender al oponente.
Cuando el encuentro ya está en juego, los analistas discuten antes de cada partida sobre cuál de las aperturas del repertorio es la más adecuada para ese día en concreto, en función de la marcha del marcador, el estado anímico de los jugadores u otros factores.
Partidas aplazadas
Pero su tarea más ardua y delicada es el análisis de las partidas aplazadas, que puede convertirse en un suplicio cuando la posición es desventajosa y no se encuentra la manera de evitar la derrota. Normalmente, el jugador se va a dormir mientras sus analistas permanecen trabajando, a veces durante toda la noche, en busca de soluciones al problema. A la mañana siguiente, el equipo entrega a su jefe el resultado de los análisis por escrito, para que Karpov o Kasparov decidan el plan a seguir en la reanudación.La actitud de los analistas es también importante en el plano psicológico. Durante un encuentro de dos meses y medio, los jugadores atraviesan estados de ánimo completamente opuestos. El equipo debe estar preparado para compartir alegrías y soportar broncas. Es el núcleo de personas más cercano al jugador, que lo utiliza como válvula de escape. Algunas veces, los analistas pagan los platos rotos por el mal humor de sus jefes. Así ocurrió cuando el disidente soviético Viktor Korchnoi acusó al británico Raymond Keene de vender sus análisis a Karpov durante el encuentro que ambos disputaron en Filipinas, hace nueve años. Hoy ya están reconciliados. Kasparov protagonizó un hecho similar en su último encuentro frente a Karpov, al expulsar de su equipo a Eugene Vladimirov, bajo la misma acusación. Kasparov acababa de perder tres partidas seguidas.
Hasta el año pasado, Karpov prefería tener en su equipo a jugadores consagrados, de alto nivel. Últimamente ha cambiado de línea en este sentido, y el equipo actual no está compuesto por jugadores de primera línea. El entrenador, o jefe del grupo, es Zaitsev, y el equipo lo completan Podgaest, Ubilava y Lermer. El entrenador de Kasparov es Nikitin, y el equipo lo componen Dorfman, Dolmatov y Azmajparashivili. Tampoco ninguno de ellos es jugador de primera línea, ni ha llegado al Torneo de Candidatos. La experiencia demuestra que es más interesante un buen jugador, estudioso, sacrificado y, sobre todo, capaz de contribuir a que haya buen ambiente en el grupo, que una gran estrella.
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