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CAMPEONATO MUNDIAL DE AJEDREZ

Tablas en el inicio del duelo Kasparov-Karpov

Leontxo García

La primera partida del Campeonato Mundial de Ajedrez, que disputan en Sevilla el actual campeón, el soviético Gari Kasparov, de 24 años, y el aspirante y ex campeón, su compatriota Anatoli Karpov, de 36, terminó ayer en tablas tras 30 movimientos y cuatro horas y 20 minutos de juego. Kasparov contrarrestó bien la iniciativa de las piezas blancas de Karpov. El torneo es al mejor de 24 partidas, salvo que uno acumule antes seis victorias. En caso de empate a 12 puntos, Kasparov, que el miércoles jugará con las blancas la segunda, retendría el título.

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La partida inicial fue de tanteo. Kasparov planteó una vez más la defensa Grunfeld, con la que el pasado año hizo sufrir frecuentemente a Kasparov. Ésta es una forma indirecta de expresar que el campeón no teme los minuciosos análisis realizados durante vieses por el equipo de su rival.Karpov introdujo una novedad en la décima jugada y logró una mínima ventaja. Sin embargo, Kasparov demostró que conoce bien el hilo de Ariadna de la defensa Grunfeld. Sin apenas problemas, maniobró con sus piezas en el flanco de dama hasta que se llegó a una posición sin perspectivas para ninguno. El desenlace supone un pequeño triunfo psicológico para Kasparov, que utilizó una de sus más potentes armas, la excelente preparación de las aperturas.

Fallos en la organización

Ayer se vio que la organización tiene buenas ideas e infraestructura suficiente para llevarlas a cabo, pero la falta de previsión y coordinación han dado una penosa imagen inicial. "Cuando todo funcione, podremos decir que éste es el Mundial mejor organizado. Pero, por ahora, hay muchos fallos", comentaron David Goodman y Johnatan Tisdall, veteranos periodistas especializados. Uno de los errores más fáciles de subsanar es la ausencia de un lugar habilitado para que analicen los grandes maestros. Sus tertulias durante la partida, a pesar de la nube de humo y la incomodidad de los espectadores y periodistas que rodean las mesas, suelen constituir la salsa de los campeonatos.Hubo otros fallos, sobre todo de sonido, por la mañana en la conferencia de Prensa del ex campeón Boris Spasski, soviético. Los periodistas pensaban que la convocatoria era del comité organizador y suponían que éste daría alguna explicación al fracaso del acto inaugural. A la hora prevista, se anunció que la conferencia quedaba suspendida. Poco después se dijo que Spasski aceptaba conversar con los informadores, para lo cual se llevó la silla al borde del escenario, dejando atrás a las autoridades, para paliar los fallos de sonido.

Por lo demás, la sala de Prensa está perfectamente equipada y los comentarios de Spasski sobre un tablero gigante, traducidos al castellano, fueron seguidos con gran interés por el público, unas 1.200 personas, que pagó entre 500 y 1.000 pesetas por entrar en el teatro y 100 por permanecer en el Casino de la Exposición, donde trabajaba Spasski.

El escenario, sencillo, pero elegante, tiene poco o nada que envidiar a los de Londres, Moscú y Leningrado. Ayer sólo estaba decorado por las banderas soviética, española, andaluza y de la federación internacional (FIDE). Los espectadores se mantuvieron en silencio, pese a no estar acostumbrados a acontecimientos ajedrecísticos semejantes.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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