La policía atribuye a elementos de ultraderecha las dos explosiones junto a la Audiencia Nacional
La policía trabaja en la hipótesis de que los dos artefactos de escasa potencia que explosionaron en la mañana de ayer a unos 100 metros de la Audiencia Nacional, donde en esos momentos se estaba celebrando el juicio contra los miembros del comando Madrid de ETA Militar, fueron colocados por elementos de un grupo radical de extrema derecha. Los artefactos, que estallaron a las 13.11 y a las 13.18, respectivamente, estaban compuestos, según expertos de la policía, por algo más de medio kilo de pólvora prensada cada uno, y no causaron víctimas, aunque provocaron la rotura de los cristales de dos coches que estaban aparcados y una gran alarma en la zona.
Los artefactos habían sido colocados; en la plaza de la Villa de París, entre la Audiencia y el Tribunal Supremo, uno de ellos junto a una caseta de obras y el otro debajo de un coche.Desde primeras horas de la mañana, grupos de ultraderechistas se concentraron junto a la Audiencia e increparon a los familiares de los etarras que iban a ser juzgados. El hostigamiento se hizo evidente en la cola formada para acceder a la sala.
En un primer momento, el número de los simpatizantes de los etarras que esperaban entrar en el juicio y el de los ultraderechistas que se habían apostado en la otra acera de la madrileña calle de Génova era similar. Pero, a medida que avanzó la mañana, el número de ultras fue en aumento, ya qie la convocatoria de este grupo -realizada a través de carteles colocados hace unos días en las inmediaciones se había hecho para las 12 del mediodia, cuando en realidad el juicio se abrió a las 10.30 horas.
A pesar del importante despliegue policial, la tensión fue subiendo entre los ultras, que llegaron a ser poco más de un centenar. Alrededor de 30 personas que esperaban en la cola entraron en el juicio, pero el resto se retiró de la zona.
Confusión y rumores
A la una de la tarde, los ultras cortaron el tráfico de la calle de Génova y se dirigieron a la puerta de la Audiencia increpando a ETA y al Gobierno, a la vez que vitoreaban a la Guardia Civil.Pocos minutos después se oyó la primera explosión, y unos instantes mas tarde llegó la segunda, que fue recogida en directo por varias cadenas de radio cuyos periodistas estaban explicando la confusión creada por el petardo inicial. Hubo momentos de alarma y confusión, ya que se desconocía la magnitud del suceso. La gente corría en todas direcciones, mientras la policía trataba de calmar los ánimos.
Los rumores empezaron a circular. Algunas personas decían que habían hecho explosión dos coches bomba y que se había anunciado la colocación de artefactos en la Audiencia y el Supremo. La policía impidió el paso por la calle de Orellana, lindante con la Audiencia, donde se descubrió una mochila sospechosa de contener otro artefacto.
Los agitadores del grupo ultra, que portaban bufandas con la bandera española, pasamontañas o pañuelos para cubrirse el rostro, intentaron en dos ocasiones entrar en el edificio donde se juzgaba a los etarras, lo que fue impedido por la policía. En ese momento hubo varios intercambios de golpes entre las fuerzas del orden y los ultraderechistas, que lanzaron amenazas contra los terroristas: "A estos hijos de p... los vamos a matar", y corearon diversas consignas, como "ETA culpable, Gobierno responsable", "Democracia asesina", "Vosotros, marxistas, sois los terroristas", "Se va a acabar la Monarquía liberal".
El grupo intentó quemar una Ikurriña de pequeño tamaño en medio de la calle de Génova, mientras gritaban: "Dónde están, no se ven, los coj... de HB".
Los ultraderechistas, en su mayoría jóvenes, cantaron el Cara al sol y, renovaron sus ataques a ETA y al Gobierno. Pasadas las dos de la tarde, el tráfico de la calle de Génova fue restablecido por la policía municipal.
Mientras, el juicio se había suspendido hasta la tarde y los familiares de los etarras y los abogados de los mismos quedaron en los pasillos de la Audiencia a la espera de que la calle estuviera despejada. Iñaki Esnaola, uno de los abogados defensores de los etarras, fue increpado a su salida con gritos de "asesino". También fue increpada por los ultras la delegada del Gobierno en Madrid, Ana Tutor.
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