Los miembros del 'comando Madrid' permanecieron en el juicio el tiempo de exculpar a sus colaboradoras
., Los miembros del comando Madrid de ETA Militar Ignacio de Juana Chaos, Antonio Troitiño, Esteban Esteban Nieto e Inmaculada Noble, que ayer fueron juzgados en la Audiencia Nacional, estuvieron presentes en la sala de vistas durante la declaración del primero; es decir, el tiempo necesario para exculpar a las restantes procesadas, acusadas de formar parte de la infraestructura del grupo. A continuación, cada uno de ellos por separado fue expulsado de la sala por proferir diversas manifestaciones en las que anunciaban nuevos atentados en caso de que no se negocie o el Gobierno no acceda a la alternativa KAS.
De los ocho acusados, seis (los cuatro citados, Maite Rojo y Cristina Arrizabalaga) reconocieron pertenecer a ETA, mientras que Pilar Aramburu y su hija, Blanca Calzacorta, negaron cualquier vínculo con la organización, a pesar de que en sus declaraciones ante el juez habían manifestado que colaboraban con el comando.En este primer juicio contra los integrantes del comando Madrid no se juzgan los asesinatos y atentados cometidos por el grupo, que serán motivo de otros juicios separados. En esta ocasión, están acusados de delitos de militancia y colaboración con grupo armado, depósito de armas y explosivos, uso público de nombre supuesto, falsificación de documentos de identidad y de placas de matrícula, así como utilización ilegítima de vehículos. El fiscal, por estos delitos, pide penas que suman 36 años de prisión para cada uno de los acusados, excepto para Blanca Calzacorta, para la que solicita ocho años de prisión por colaborar con ETA. La acusación particular pide penas algo superiores, mientras que la defensa reclama la absolución.
Cambio de fisonomía
La declaración de De Juana, quien en la actualidad usa barba y aparece más delgado que en enero de este año, cuando el comando fue detenido, fue calificada por algunos de los informadores que presenciaban el juicio como un cursillo sobre el funcionamiento de ETA.Nada más empezar afirmó que en la conducción les habían maltratado. Se negó a contestar al fiscal y a la acusación particular, a cuyo abogado, Jorge Argote, que ha defendido a varios guardias civiles acusados de malos tratos, calificó de "abogado de torturadores".
Con el evidente fin de exculpar a cuatro de las procesadas, De Juana explicó que sólo Troitiño y él formaban el comando, y que únicamente ellos eran los autores de los atentados. Noble y Esteban Nieto pertenecían a la infraestructura ilegal de apoyo al comando y que Maite Rojo y Cristina Arrizabalaga eran la infraestructura legal.
Aramburu y su hija eran sólo amigas, y no tenían ninguna relación con ETA ni sabían que él pertenecía al grupo. Según De Juana, ninguna de las mujeres citadas tuvo armas, y los de la infraestructura tenían como misión mantener los pisos y comprar la comida.
Al concluir su declaración dijo: "Somos los primeros que queremos que haya paz, pero mientras no se negocie va a seguir habiendo atentados como el de San Sebastián". El presidente le expulsó de la sala.
Troitiño, Esteban Nieto e Inmaculada Noble, cada uno por separado, se negaron a contestar a ninguno de los abogados, y fueron expulsados al decir, respectivamente: "Atentados como el del domingo volverán a ocurrir. La alternativa KAS es innegociable". "Seguirá la lucha y corriendo sangre española. Repito que no reconozco al tribunal".
Las otras procesadas negaron todas las acusaciones de que eran objeto por parte del fiscal, excepto Maite Rojo y Cristina Arrizabalaga, que reconocieron que entraron en ETA a través de De Juana, y que su misión era alquilar pisos y mantenerlos. Todas las acusadas contestaron al fiscal, pero se negaron a contestar al acusador, Jorge Argote.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.