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Marineras en apuros

El Pentágono acusa a la Marina norteamericana en el Pacífico de permitir a sus hombres una conducta "moralmente repugnante" con las mujeres

Denuncias contra el capitán de un buque que pretendió vender a sus marineras, contra comandantes que ignoran las peticiones femeninas, contra oficiales masculinos y femeninos que solicitan de las marineras favores sexuales o contra la orientación absolutamente sexual de los centros de diversión de las bases militares estadounidenses en el Pacífico llenan un largo estudio elaborado por una comisión especial del Departamento de Defensa norteamericano.

El informe se encuentra en manos del secretario de Defensa, Caspar Weinberger, quien ayer mismo planeaba anunciar la formación de un grupo que revise las actitudes de los militares norteamericanos varones hacia sus colegas mujeres, el tratamiento que dan a éstas y cómo esa actitud y tratamiento repercute en la vida de la mujer militar y en su carrera.La conclusión más grave del memorándum es que existe una "conducta moralmente repugnante" por parte de los hombres de la Marina en la zona del Pacífico, lo que revierte en que el "ánimo de las oficiales y de las mujeres del cuerpo de marines (infantería de Marina) sea bajo".

Jacquelyn Davis, vicepresidenta ejecutiva del Instituto de Análisis de Política Exterior de Cambridge (Massachusetts), presidió la delegación de la Comisión Asesora de Defensa sobre la Mujer en el Servicio, que el mes pasado se desplazó al archipiélago de Hawai y a las bases militares estadounidenses en Filipinas y Japón para realizar el estudio.

El Pentágono ha recibido un informe complementario en el que se indica que muchas de las 5.000 prostitutas registradas en la ciudad de Olongopo, cercana a la base de Subic Bay (Filipinas), son introducidas frecuentemente en los recintos militares. Las mujeres destinadas en esa base se quejan también de que oficiales y marines menosprecian a la mujer filipina y, por extensión, hacia ellas, a las que tratan como "objeto de juego libre" cuando se encuentran fuera del recinto militar.

Un portavoz de la Marina ha indicado que todas las denuncias están siendo investigadas y "se corregirán de manera apropiada". Por el momento, se ha procedido a relevar de su puesto de capitán del buque de 2.800 toneladas Safeguard al teniente de navío Kenneth Harvey, quien ofreció la venta de las 18 mujeres de su tripulación a unos coreanos con los que se comunicaba por radio, en una travesía por el Pacífico occidental.

El informe cita entre las causas para que se produzcan estas situaciones en las zonas del Pacífico y no dentro del territorio continental norteamericano la lejanía de las bases, la dificultad de los idiomas y el bajo valor adquisitivo del dólar, que obliga a los militares a permanecer mucho tiempo dentro de las barracas y recintos de las bases.

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El año pasado el Pentágono elaboró otro informe sobre las mujeres de sus ejércitos de Tierra y Aire destinadas en Europa. Éste concluía señalando los "abusos" de los miembros varones de esos ejércitos para con sus colegas mujeres.

Ambos informes contrastan con la actitud de las fuerzas armadas estadounidenses dentro del territorio nacional, donde parece respetarse la normativa del Departamento de Defensa, que impide la discriminación por motivo de sexo.

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