El Tribunal de Cuentas descubre numerosas deficiencias en la gestión del Metro en 1983
El Tribunal de Cuentas ha enviado al Congreso de los Diputados una auditoría sobre la Compañía Metropolitano de Madrid que detecta "importantes deficiencias" en la gestión del Metro entre 1980 y 1983, período en el que el déficit de su actividad económica aumentó de 4.774 millones a 9.142 millones de pesetas. El informe señala como causas principales del déficit acumulado el descenso del número de viajeros, los excesivos gastos financieros y el volumen de la remuneración a su personal y a las contratas de servicios.
El informe del Tribunal de Cuentas remitido el pasado 23 de julio al Parlamento, resalta el incremento del déficit en la gestión económica de la Compañía Metropolitana de Madrid, ya que si bien "su tasa de crecimiento anual ha descendido progresivamente, el índice de cobertura de los gastos por los ingresos ha disminuido hasta menos del 50% en el último año del cuatrienio". La inspección realizada por el Tribunal, que preside José María Fernández Pirla, detectó "la realización de un número elevado de horas extraordinarias, incluso superando los topes legales fijados en el Estatuto de los Trabajadores".
El informe remitido al Congreso de los diputados subraya que "las retribuciones del personal directivo - 16 personas en 1983- se han incrementado en porcentajes superiores al resto de la plantilla, especialmente en el año 1981 en el que hubo un aumento de un 45%, debido fundamentalmente a la subida del 350% en las retribuciones fuera de nómina". Las retribuciones de este colectivo fueron modificadas en 1983.
Tras señalar que la contabilización de los gastos de personal no ha presentado en general defectos, la auditoría revela "la inexistencia de normas definidas en la contabilización de gastos de viaje o el mantenimiento indebido de gastos médicos de una parte del personal directivo, cuando el mismo está integrado en el régimen de la Seguridad Social".
El Tribunal de Cuentas advierte que "el análisis de las cuentas financieras de la Compañía ha evidenciado aspectos negativos, como menores rendimientos que los potenciales en imposiciones a plazo fijo; deficiencias en el control interno de las cuentas de caja y Bancos, así como respecto a esta última, un número excesivo de cuentas corrientes; y, por último, incorrecciones y deficiencias en la contabilización y archivo de la información".
"Las deudas con terceros", agrega la auditoría, "han tenido un incremento notable durante el periodo, destacando desde la perspectiva contable los significativos errores detectados en la distribución entre largo y corto plazo de las mismas, con la distorsión que ello conlleva en la presentación de los estados financieros. Los problemas de liquidez que ha tenido la Compañía ha provocado el aplazamiento de deudas y la necesidad de refinanciación de préstamos, con el correlativo aumento de gastos financieros".
Deudas
La auditoría "valora negativamente el peso relativo de las deudas a corto plazo, que ascendían el 31 de diciembre de 1983 a 24.396 millones de pesetas, con un incremento del 267% en el periodo, y que tienen como causa los problemas de tesorería de la Compañía Metropolitana, originados en gran medida por el sistema de financiación estatal".
Este sistema presenta, a juicio del Tribunal, deficiencias como el retraso en la percepción por la Compañía de los fondos públicos, la necesidad de financiación externa transitoria, el aumento del déficit acumulado ante la no cobertura de la totalidad de los déficits y la dificultad para valorar los gastos provocados por una gestión ineficiente. "El déficit acumulado a 31 de diciembre de 1983 no cubierto por el Estado, teniendo en cuenta los ajustes propuestos por este Tribunal, asciende a 17.017 millones de pesetas", según se, afirma textualmente en la auditoría.
Entre sus primeras conclusiones, tras una exposición de 140 folios, el Tribunal de Cuentas afirma que "el sistema contable de la Compañía Metropolitana de Madrid adolece de importantes y cuantiosas anomalías y defectos que provocan la falta de fiabilidad de sus estados financieros".
"Así," dice la auditoría, "no existe suficiente información contable respecto a la adaptación al Plan General de Contabilidad ( ... ); existe una falta de sistemática interanual en la presentación de las cifras contables; se han constatado defectos notables desde el punto de vista del archivo y custodia, criterios de imputación organización y registros contables; y, por último, no existe una contabilidad de gestión adecuada".
En el periodo auditado ocupaba la presidencia del Consejo de Intervención de la Compañía Metropolitana, Juan Torres.
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