Vida latinoamericana

En Latinoamérica hay, según estadísticas internacionales sobre educación, alrededor de un 40% de analfabetos. Y Vargas Llosa, en su artículo (EL PAÍS, 5 de agosto, Edición Internacional del 10 de agosto) no menciona a la educación y a la cultura para nada.Hay que agradecer a Vargas Llosa que escriba un artículo defendiendo directamente los valores democráticos. El artículo en cuestión puede que tenga algunos puntos polémicos, pero, repito, hay que agradecer la forma sencilla, calurosa y eficaz con la que escribe el artículo, de una persona con la fama del peruano. Ahora lo que cuesta más comprender es cómo un escritor puede dejar en el tintero las palabras educación y cultura en un artículo donde se habla del desarrollo económico y democrático de un país subdesarrollado.

Casi todo el mundo sabe (o quizá no lo sabe nadie) que donde se queman los libros también se quema a las personas. Y que sin educación y cultura, además de ser difícil la democracia, no hay desarrollo económico o moral positivo. En la América Latina hay una inmensa labor educativa, el trabajo sobra y personas como Vargas Llosa, creo, pueden hacer mucho para que dicha labor progrese día a día.

Ahí quién viera ese Callao, esa Lima, ese Iquitos, ese Cuzco o ese Trujillo (lo mismo se podría decir de cualquier otra ciudad latinoamericana), lleno de una eficaz y positiva red de escuelas y bibliotecas, en vez de estar siempre hablando de la gran cultura inca, gran cultura que no dejó nada escrito.

Algunos expertos, angloamericanos, claro, han llegado hasta a comparar la cultura de los indios incas con la cultura greco-romana, para echarle más guindilla y más parálisis al potaje latinoamericano. Y en un descampado de Chile, esos mismos expertos encontraron los restos humanos "más viejos de la Tierra". Para asegurar la colección de fósiles y momias en Chile.

Si no agarramos el presente por los cuernos para engendrar un futuro más digno y justo, estamos perdidos. El fallo de la cultura latinoamericana es el de estar siempre obstinados, y obstruidos, con el pasado remoto y el de llamarle a la incultura ingobernabilidad (como hacen casi todos los dictadores). En esos países hay madera humana, ahora lo que falta son esos arquitectos que pongan manos a la obra. La ayuda y colaboración, educativa y cultural" entre todos los países iberoamericanos debe ser un hecho, ya. Vargas Llosa está en lo real cuando aboga por la democracia para el Perú, pero roza los molinos de la irrealidad cuando no menciona el papel capital de la educación en el desarrollo económico y democrático del país peruano. Pero claro, una persona no puede estar en todo. Seguro que al buen escritor latinoamericano le sobra el trabajo. Paciencia y a trabajar.-