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Confusa liberación de un periodista norteamericano secuestrado en Beirut

Charles Glass, periodista norteamericano secuestrado hace dos meses en Beirut, recuperó ayer la libertad en circunstancias confusas. La ceremonia de su liberación se desarrolló a mediodía en Damasco, donde Glass había sido trasladado por tropas sirias desde Beirut. El final feliz de este caso coincide con los rumores qué afirman que en breve regresará a Damasco el embajador norteamericano William Eagleton.

Eagleton fue retirado por su Gobierno el pasado año, tras la acusación británica de que Siria estaba detrás de un intento de atentado contra un avión civil israelí en el aeropuerto de Londres. Charles Glass, de 36 años, casado, padre de tres hijos y periodista de la cadena televisiva norteamericana ABC, fue secuestrado el pasado 17 de junio, cuando viajaba en automóvil por una carretera del sur de Beirut, controlada por tropas sirias. Sus acompañantes, Ali Osseirane, hijo del ministro shií de Defensa de Líbano, y su chófer, fueron también capturados, pero recuperaron pronto la libertad.

A principios de julio, Glass, que se encontraba en Líbano escribiendo un libro sobre las grandes familias del país, reconoció ser un espía, en una cinta de vídeo enviada por sus secuestradores a una agencia occidental de noticias. Los captores se identificaron como miembros de la Organización de Defensa del Pueblo Libre. El periodista, según fuentes de seguridad sirias en Beirut, ha pasado los dos meses de su cautiverio en un edificio del barrio de Bir el Abed, en los suburbios meridionales de la ciudad. Esa populosa zona es feudo de los integristas shiíes proiraníes del Hezbolá o Partido de Dios. Allí no penetran los 10.000 soldados sirios que, desde el pasado febrero, intentan mantener el orden en el sector musulmán de la capital libanesa.

En la noche del lunes al martes, los secuestradores levantaron todas las medidas de vigilancia sobre el periodista, que pudo abandonar el edificio por su propio pie y sin obstáculos, según las citadas fuentes. Caminó hacia la carretera del aeropuerto y allí fue recogido por una de las patrullas sirias que controlan esa ruta.

EI liberado fue trasladado de inmediato al lujoso hotel Summerland, donde se duchó y pasó una revisión médica. Más tarde fue transportado a Damasco, a unas cuatro horas de viaje por carretera desde Beirut. Al mediodía, el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Faruk el Chareh, entregó el periodista al encargado de negocios norteamericano en Damasco, David Ransom.

El secuestro de Glass había sido considerado por el general Ghazi Kariaan, jefe de las tropas sirias que ocupan más de la mitad de Líbano, como un desafío a sus esfuerzos de pacificar Líbano. Kanaan advirtió a los integristas proiraníes que el presidente Hafez el Asad en persona estaba interesado en la liberación del periodista.

Días después del secuestro, el general Vernon Walters, embajador norteamericano en las Naciones Unidas, visitó Damasco, donde se entrevistó con Hafez el Asad. Ambos hombres acordaron, al parecer, un proceso de normalización de las relaciones mutuas, congeladas desde que, el pasado año, el Reino Unido acusó a Damasco de promover un acto terrorista antiisraelí en Londres.

Una de las tradicionales condiciones norteamericanas para mejorar sus relaciones con Siria ha sido la de que este país, con una fuerte presencia militar en Líbano y el único aliado árabe de Irán, consiga el fin del cautiverio de los rehenes occidentales en poder de grupos integritas shiíes.

Damasco dificilmente puede conseguir la liberación de esos rehenes sin la luz verde de Irán, que tiene influencia directa sobre los captores. En el caso de Glass es posible que Teherán haya querido ofrecer un regalo a Damasco en un momento en que Hafez el Asad recibe fuertes presiones de parte soviética, jordana y saudí para romper su alianza con los iraníes y reconciliarse con Irak.

Tras la liberación de Glass hay aún secuestrados en Líbano nueve norteamericanos, seis franceses, dos británicos, dos alemanes occidentales, un irlandés, un italiano, un indio y un surcoreano.

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