Por tierras cordobesas
Como siempre en su pueblo, Fosforito echó el resto. En medio del fervor de sus paisanos, hizo un recital largo e intenso, en el que no faltaron -no podían faltar- creaciones personales suyas tan hermosas como la soleá apolá o el taranto. Cantó constantemente al borde de sus posibilidades físicas, todo corazón, en una pelea agónica en verdad emocionante. No fue el único buen cante que escuchamos en Puente Genil. Luis de Córdoba, José Menese y Manuel Mairena brillaron a parecido nivel de excelencia. Luis tuvo una de las mejores noches que se recuerdan, en esa línea suya de enorme musicalidad, en que el cante se convierte en una tersa melodía sin sobresaltos; desdramatiza el cante, pero lo hace muy inteligentemente, sin florituras ni arabescos gratuitos.
XXI Festival Flamenco
Cante: Vicente Cáceres El Cuesco, Luis de Córdoba, José Menese, Fosforito, Manuel Mairena, Calixto Sánchez, Jiménez Rejano. Toque: Antonio Centenera, Manuel Domínguez, Manolo Franco, Manuel Santiago. Baile: Ana Rodríguez. Puente Genil, 14 deagosto. XI Salmorejo Flamenco Cante: Churumbaque, José Menese, Naranjito de Triana, Emilio Rosales, Manuel Mairena, Juana la de Revuelo. Toque: Manuel Silveria, Manuel Domínguez. Baile: Inmaculada Aguilar. Baena, 15 de agosto
Drama hay siempre, en cambio, en el cante de Menese, con su dureza, con su rigor sin concesiones. Sigue siendo -nunca ha dejado de serlo- ese cantaor de tremenda sinceridad que se vuelca en cada cante como lo hace Mairena, que mantiene con una dignidad ejemplar el alto rango de su casa. Mairena viene haciendo una larga serie de tonás, enormes de dificultad y de jondura. Hace también unos tientos-tangos sobre los versos machadianos a la saeta muy interesantes, y por soleá y por siguiriya es uno de los maestros; por bulerías abusa del cuplé.
Menese, mejor en Baena
Del resto del programa no queda mucho que recordar. Calixto, en su línea habitual de brillantez, gustó mucho en los tientos, que hizo medidos, ajustados, sin excederse. Rejano es un cantaor discreto, que en la letras fandangueriles parece seguir el camino del Cabrero. El baile de Ana Rodríguez, de lo más corrientito. Al día siguiente, en Baena, oímos de nuevo a Menese y Mairena. El primero estuvo mejor que en Puente Genil, extraordinario por siguiriyas y por tarantos. Mairena, en línea semejante a la de allí.
Naranjito cantó como en él es ya costumbre, con grandeza y seguridad, desarrollando los cantes con arreglo a sus grandes facultades. Granaínas, siguiriyas, tangos trianeros, fandangos del Gloria y del Sevillano... La de Revuelo, a quien hacía tiempo no veíamos, no nos sorprendió con nada nuevo; pero en lo que hace pone toda la gracia del mundo. Churumbaque es un cantaor cordobés que hizo un gran cante por caracoles, y Rosales, un aficionado local interesante.
Babelia
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