El satélite soviético cayó en medio del océano Pacífico sin causar daño
El satélite soviético Cosmos 1871 cayó ayer sobre la superficie terrestre en medio del oceáno Pacífico, a unas 3.000 millas (4.800 kilómetros) al norte de la isla de Nueva Zelanda, sin causar ningún daño, según anunció el Mando Espacial de Estados Unidos. El comandante Doug Schamp explicó que el artefacto se había desintegrado "debido a la extrema fricción que se produjo al entrar en contacto con la atmósfera terrestre" y añadió que nunca significó un peligro para las áreas pobladas de la Tierra. El satélite soviético había sido lanzado hacia una órbita polar el pasado día 1 de agosto.
Schamp explicó que los técnicos norteamericanos se dieron cuenta el pasado viernes de que "la órbita del satélite estaba llegando a un punto en el que se acercaba a la caída". "Por supuesto", añadió, "lo hemos venido siguiendo desde que fue lanzado al espacio y empezamos a proyectar las posibles posiciones desde las que podría efectuar su reentrada a partir de este momento".Según los cálculos de los especialistas estadounidenses, el Cosmos 1871 cayó a la Tierra a las 7.27, hora de Greenwich (9.27, hora peninsular), en una longitud de 18,89 grados norte y una latitud de 176,20 grados oeste, lo que significa en un lugar del océano Pacífico a 3.000 millas al norte de Nueva Zelanda, muy lejos de cualquier zona habitada.
"Las posibilidades de que un objeto que vuelve a la Tierra alcance a la población son muy escasas", explicó Schamp, "debido a que prácticamente todo se quema antes de que llegue al suelo debido a la fricción generada por el roce con la atmósfera a velocidades de 27.000 kilómetros por hora".
La agencia soviética Tass admitió el domingo que el satélite caería ayer sobre la superficie terrestre, pero no daba las razones del fallo, explicando tan sólo que el Cosmos 1871 llevaba a bordo material científico y sistemas de comunicaciones.
"El satélite Cosmos 1871 no lleva ninguna carga que suponga una amenaza adicional a la vida", decía Tass, que añadía que cada año caen sobre la superficie terrestre más de 150 objetos que han sido lanzados al espacio.
Hace nueve años, un satélite soviético de la serie Cosmos, alimentado por energía nuclear, cayó sobre el norte de Canadá contaminando una gran zona y obligando a que se llevara a cabo una operación de limpieza que posteriormente fue pagada por la URSS.
El año pasado, otro satélite soviético se desintegró al hacer su entrada en la atmósfera, esparciéndose sus restos sobre Australia y el océano Atlántico.
6.000 objetos
El mando espacial de Estados Unidos es un servicio creado por este país hace dos años que mantiene un seguimiento de más de 6.000 objetos en el espacio a través de un complejo y sofisticado sistema computadorizado. A la hora de cerrar esta edición, las autoridades soviéticas mantenían silencio sobre el destino del satélite. El domingo, la entidad soviética encargada de poner satélites en órbita, Glavcosmos, se limitó a especificar que la caída estaba prevista "para la primera mitad del lunes" y a apuntar que la zona prevista para su caída era el océano Atlántico en las proximidades de la Antártida.
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