ETA hiere de extrema gravedad a un bebé en un atentado contra la Guardia Civil en Zarautz

J. L. BARBERIAUn bebé de 12 meses en estado muy grave con esquirlas de metralla incrustadas en el cerebro, y su abuela de 51 años con graves heridas en el abdomen, son las principales víctimas del atentado con granadas perpretado ayer tarde por ETA Militar contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zarautz (Guipúzcoa). Otro niño de siete años, hermano del bebé alcanzado por la metralla, su madre y su padre, guardia civít, y otro miembro del Cuerpo, resultaron también heridos en el mismo atentado con lesiones de escasa consideración.

El bebe de 12 meses, Borja Blanco Vega, tiene una esquirla de metralla alojada en el cerebro y otra en el hígado, además de lesiones en una mano. Los medicos que le asisten indicaron anoche que mantiene las constantes vitales, pero que su pronostico sigue siendo muy grave. La esquirla, de 0,5 centímetros de diámetro, hubiera causado su muerte si hubiera avanzado un solo milímetro más en su trayectoria. Adriana Blanco Gonzalez, la abuela del bebé, padece múltiples heridas por metralla en la zona abdominal y su pronostico era anoche reservado.

El atentado reune características similares a otros atentados relativamente recientes de ETA Militar, con el agravante de que en esta ocasión la banda terrorista ha rellenado sus granadas de carga hueca con amonal, explosivo cuya potencia destructora es dos veces superior a la goma dos. El gobernador civil de Guipúzcoa, José Ramón Goñi Tirapu, señaló ayer tarde que cada una de las granadas que impactaron en la parte baja y el primer piso del edificio de la casa cuartel contenía cinco kilogramos de ai-nonal. Fuentes oficiales atribilyeron la acción al comando Go¡erri de la banda armada.

Un total de siete granadas fueron disparadas desde una fugoneta Ebro robada, estacionada en el aparcamiento reservado a la empresa Electrotaz algo mas de un centenar de metros de la casa cuartel.

Cinco de las granadas alcanzaron su blanco e impactaron en el, primer piso, donde se encueritra el bar del cuartel, en una de las viviendas, en la puerta principal y en una de las columnas que soportan el edificio. Algunos de los proyectiles, que siguieron una trayectoria diagonal, fueron desviados al chocar con la parte superior de la verja que bordea un colegio, colindante con la casa cuartel.