Industria sugiere a FECSA que negocie un crédito 'jumbo' de 170.000 millones y amplíe, capital por 75.000 millones
La compañía FECSA ha recibido una sugerencia del Ministerio de Industria y Energía para que modifique su nuevo plan de saneamiento financiero, con una propuesta para sindicar un crédito jumbo por importe de 170.000 millones de pesetas y amplíe capital por un total de 75.000 millones. Luis Magaña, presidente de la compañía eléctrica, mantuvo ayer en Londres una nueva sesión negociadora con el steering committee, en la que se analizaron las tres propuestas básicas existentes: el modificado de la compañía, la sugerencia ministerial y el aportado por el propio comité.
De unos 22 folios, de los que la mitad son cuadros, el plan de FECSA atribuido a instancias oficiales del Ministerio de Industria hace un mayor énfasis en los recortes de los costes financieros (o, dicho de otra manera, en lo que tiene que aportar la banca) que en las aportaciones vía compensaciones por parte de los ingresos, por ventas de la energía eléctrica del conjunto del sector. Asimismo, el objetivo de esta propuesta oficiosa es retirar a FECSA, mediante la inmediata instrumentación de un crédito jumbo, del mercado financiero por un período largo de tiempo, de forma que no influya en los mecanismos de financiación habituales del resto del sector eléctrico.La propuesta ministerial, según fuentes solventes, no tiene un carácter definitivo, sino que, ajuicio de personas familiarizadas con la negociación, pretende ser una aportación más al proceso de saneamiento. En el mismo contexto se encuentra la realizada por La Caixa, que busca repartir entre todos los acreedores (bancarios, cajas y obligacionistas) el necesario sacrificio. FECSA, por su parte, ha reformado su plan original y, mediante ampliación de plazos en los pagos de principal, ha descartado la reducción de los intereses por debajo del coste del dinero (interbancarios) para las entidades de crédito, especialmente los japoneses.
Período de gracia
Del plan atribuido al Ministerio de Industria cabe destacar la propuesta de sindicar un crédito jumbo de 170.000 millones con un período de gracia de, por lo menos, cinco años. Este nuevo dinero, negociado sobre un tipo de interés igual al interbancario, serviría para renegociar y prepagar todas las obligaciones no hipotecarias cuyo coste fuera superior al 12,15%. Los fondos serían aportados por los tenedores institucionales de las obligaciones (cajas, seguros y fondos de inversión), y lo que faltase, por los acreedores en porcentajes equivalentes a su actual riesgo.A este crédito jumbo habría que sumar los recursos obtenidos mediante una o varias ampliaciones de capital hasta un total de 75.000 millones de pesetas, incluyendo los 23.000 millones ya aportados. De esta forma, el capital social se aproximaría a 200.000 millones de pesetas. La capitalización se complementaría con los ajustes patrimoniales que, a juicio ministerial, quedan pendientes: unos 28.000 millones en el período 1986-1990.
A juicio de fuentes bancarias, el aspecto menos atractivo se encuentra en los fondos hipotéticos que FECSA obtendría por compensaciones interempresas, y que se limitan a unos 2.000 millones anuales. El plan original de FECSA preveía unos ingresos por este concepto de 8.000 millones anuales. El temor de los bancos es que la diferencia entre ambas cantidades provenga de la amortización de su riesgo. No obstante, este capítulo perderá significación con la introdución el año próximo del marco general y estable, dado el proceso de automatización de tarifas y compensaciones
Los bancos, tanto en la propuesta ministerial como en la que maneja actualmente la propia empresa, serían compensados por la vía de ampliar el plazo de amortización y por la desaparición del diferencial negativo en tipos de interés que antes se proponía y que era de una media de 1,5 puntos. Los japoneses también han visto incrementado el tipo de interés medio de su riesgo, que antes se limitaba al 5,5% coste aproximado de los recursos en yenes de las entidades niponas. La deuda actual de FECSA es del orden de los 600.000 millones de pesetas, de los que más de la mitad son obligaciones. Del resto, no nacional, los japoneses tienen más del 55%.
Otro capítulo interesante, ya propuesto por La Caixa y no ignorado por Industria, es la posibilidad de capitalizar riesgo en una fórmula muy parecida a los créditos participativos (excluivos para empresas en reconversión, que no es el caso de FECSA). Ambos planes sugieren la posibilidad de convertir riesgo en capital mediante un mecanismo que, a un plazo determinado, fuera recuperable, mediante plusvalía bursátil.
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